Otra chapuza de Clarín y sus escribas. Y van...

Apostillas. Crítica de medios.

No sólo se habla porque el aire es gratis:
tb se escribe porque es necesario bajar línea.

Natasha Niebieskikwiat, la periodista de Clarín que, dicho sea al pasar, en la conferencia de prensa que dio la Secretaria de Estado de Estados Unidos junto con Cristina Fernández, lanzó una pregunta para la propia parroquia, desubicándose ante el nivel de la funcionaria imperial; esta periodista, decía, había escrito para sus patrones días antes de esa conferencia de prensa que, según le había confiado el inefable Arturo Valenzuela, si se llegasen a reunir Hillary Clinton con Cristina Fernández, no se tocaría el tema Malvinas.

La joven escribió en su texto que Cristina, de todos modos podría hacerlo. Nadie ignora que, para Clarin, Cristina es una inveterada caprichosa. Citó estas palabras de Arturo Valenzuela "No discutiremos el tema de las Malvinas. Eso es un tema entre Argentina y Gran Bretaña. Y no vamos a emitir ningún juicio al respecto" Pero a pesar de que cualquiera sabe que no deben tomarse al pie de la letra las declaraciones diplomáticas de ciertos diplomáticos, la señorita Natasha Niebieskikwiat no tuvo ningún empacho en titular su texto: Pese a que EE. UU. no quiere, Cristina hablaría de Malvinas con Hillary. Esto fue publicado en Clarín, el día 27/02/10, mencionando que la infidencia de Valenzuela había sido del día anterior, es decir, del 26.

Pero como soy tan caprichoso que no leo sólo Clarín sino todos los diarios, encuentro que el día 24 la periodista Silvia Pisani, corresponsal de La Nación en Estados Unidos, refiriendo conversaciones que tuvo ella con fuentes del partido demócrata y de "la diplomacia", escribió en su nota que "Ayer, [por el 23 de febrero] la cartera de Hillary Clinton mencionó el incidente [Malvinas] y admitió que, en la hipótesis de que ambas partes la convocaran para ello, aceptaría "mediar" en la diferencia."

Así que:

Una semana antes de la reunión entre Hillary Clinton y Cristina Fernández, la corresponsal de La Nación, anticipó que, si las partes lo pidiesen, Estados Unidos podría "mediar" en el conflicto. Es más, la periodista de La Nación tuvo la inteligente actitud de entrecomillar "mediar" ya que, como todo el mundo sabe, no puede mediar en un conflicto quien es parte en el mismo. Una exquisitez de la corresponsal.

Pero, a pesar de que la señorita Natasha Niebieskikwiat podía ir al quiosco más cercano a su casa y comprar, además de alguna revista que la tentara, un ejemplar de La Nación y enterarse de que existía una muy alta probabilidad de que Cristina Kirchner y Hillary Clinton sí tratasen, finalmente, el tema Malvinas, ella prefirió no hacerlo. A pesar de esa posibilidad, repito, la periodista ni se calentó y se mandó con su nota que, para quien la lee como única fuente de información sobre un tema en particular, queda con la sensación de que la bruta tilinga que nos gobierna había de cometer, a la hora de reunirse con Hillary Clinton, la sudaca y bolivariana osadía de hablar del tema ante la vaca sagrada de la diplomacia de Occidente a pesar de la prohibición vaticana deslizada por el chileno imperial.

Caben dos posibilidades: Una: que la señorita Natasha Niebieskikwiat le cree más al chileno Arturo Valenzuela (remarco lo de chileno porque el fulano es funcionario mayor del imperio, lo cual ya lo pinta de cuerpo entero y alma partida), le cree más a éste, decía, que a su compatriota y colega Silvia Pisani. Dos: la señortia Natasha Niebieskikwiat se mandó con una nota cuyo único objeto era tirarle mierda a la Presidenta, y puso en labios de Arturo Valenzuela palabras que no existieron.

Claro que no es lo mismo una posible causa que la otra: la ingenuidad extrema se puede curar con los años. La mala leche, difícil.

La Negra no quería que publicara esta entrada. Primero, porque según ella, no tenía entidad. Y después, porque era injusto con la periodista. Son pecados de juventud -dijo la Negra-. Además, esta eso de la cuestión de género de las minas con respecto a Cristina. Un poco de conmiseración, che. Pero yo no le hice caso. Ya me tienen podrido las mujeres que no se bancan a Cristina por razones zoológicas. Más que podrido: re podrido.

Alfredo Arri.