Idus de marzo: La runfla opositora desnudó sus planes
en el primer día de la puesta en marcha del golpe de estado.
en el primer día de la puesta en marcha del golpe de estado.
Lo más importante del día que acaba de terminar, en la política nacional, acaeció anoche en TN. Dejando de lado el primer bloque, que fue utilizado para poner al aire una entrevista grabada con Marcó del Pont horas antes de la emisión del programa, lo más importante se dio después.
Hubo un bloque con cuatro senadores de la runfla. Luego, un breve espacio de réplica que fue usado por el senador Gioia por el oficialismo; luego una intervención de Agustín Rossi, y finalmente un debate entre dos diputados oficialistas y dos opositores.
Tanto en la intervención de los cuatro senadores primero, como en la de los dos diputados de la oposición después, quedó bien en claro cuál es la estrategia política de la runfla de aquí en más: impedir la gobernabilidad.
Fueron claros: nosotros sacaremos nuestras leyes, y si la Presidenta las quiere vetar, que las vete: es una de sus facultades constitucionales. Y recibiremos los proyectos del Ejecutivo... para estudiarlos. Si nos gustan, van al recinto, si no, nones.
En términos prácticos, es el anuncio de la táctica para el combate: de impedir la gobernabilidad; en términos politicos, es el anuncio formal de un golpe de estado blanco. Fueron muy claros, y los gestos de regodeo ante la realidad que inauguraron y anuncian para el futuro fue inocultable. Al menos por parte de los seis que estuvieron anoche en TN. Al margen: tres de esos seis son absolutamente impresentables, pero... así es la política en Argentina de hoy. Es lo que hay.
Poner en marcha un golpe de estado blanco es riesgoso, pero a estos tipos poco les importa. Agustín Rossi dijo que la gobernabilidad no había de afectarse porque el gobierno está fuerte. Puede ser. Pero es riesgoso. Debe tenerse en cuenta que el stablishment no sólo cuenta con las herramientas para dificultar la gobernabilidad, sino que además cuenta con otras herramientas en cuyo uso son expertos, tales como subas infladas de precios, guerra sucia mediática, maniobras desestabilizadoras en los mercados, mano de obra dispuesta a iniciar saqueos, etc. Van por todo, así que, tomadas ya las posiciones "insitucionales", pondrán en marcha las demás herramientas.
Y es riesgoso por la misma razón que ya fue dicha muchas veces aquí: el gobierno no tiene una base social militante activa dispuesta a movilizarse para defender el modelo de inclusión. Y no por falta de personas dispuestas, que las hay y son millones, sino por la falta de una estructura política clara, programáticamente inequívoca. Aferrados como están a las estructuras más fuertes que tienen a la mano, el Aparato territorial-sindical del Pejota, los dirigientes que conforman el kirchnerismo en el poder, no pueden pegar el salto dialéctico y conformar una base politica social que, no digamos para conformar un tercer movimiento histórico, pero sí para reunir en una sola estructura, férreamente cohesionada en lo ideológico-programático, a los millones de ciudadanos dispuestos a defender el modelo.
Con los discursos de la Presidenta, dichos ante un auditorio reunido por las estructuras partidarias territoriales, no alcanza. Está bien que se comprende que tales escenarios se arman para que la Presidenta llegue a todo el pueblo a través de la tevé. Pero eso no alcanza. Es últil para despertar conciencia en muchas personas de las clases medias que la siguen en la tele. Incluso para conseguir adhesiones, y que las logra día a día. Pero no alcanza. Son las bases sociales que conforman los sectores más postergados de la sociedad, esos mismos que estuvieron desatendidos hasta la implementación de la asignación universal por hijo y de los planes cooperativos de trabajo, precisamente ésos los que deben ser políticamente organizados, pero no detrás de las estructuras del aparato. La razón es sencilla: estas estructuras están viciadas por años de prácticas corruptas y, lo que es más grave, son altamente lábiles.
El riesgo está, pues. La decisión de dar comienzo al golpe de estado; y la decisión de Cristina Fernández de seguir adelante; nos llevará a un escenario de confrontación creciente. No tengo ningún empacho en declarar, aquí y ahora, que la responsabilidad por la tragedia que se avecina es del poder económico y, sobre todo, de la runfla obediente que ahora la va de republicanismo destituyente. La prueba para poder asegurar esta responsabilidad unilateral es simple: actores que, ideológicamente siempre han estado y por lo tanto deberían estar hoy mismo en la defensa de honrar la deuda, de salir del default, de celebrar los signos positivos del mercado al que adoran como un dios, con tal de desestabilizar e impedir la gobernabilidad, se fastidian e ignoran los signos positivos del mercado, se niegan a pagar deuda, socavan a las instituciones más sensibles para los mercados. Ese grado de enajenación, de alienación por parte de estos actores alcanza para atribuirles responsabilidad. Anoche, Agustín Rossi fue categórico: están locos. ¿Producto de la calentura? Ahí ahí. Caliente, sí; pero certero. Locos, no; pero enajenados, alienados, sí.
Vendrán tiempos difíciles. Muy difíciles. Y no es improbable que termine en tragedia. Estos agentes de la eterna inequidad social han demostrado más de una vez, a lo largo de toda la historia, y no sólo la argentina, que no les importan las tragedias. Es más: si la sangre les garantiza la preservación de sus intereses, pues que haya sangre.
Es una pena, claro. No para mí y los de mi generación, que ya nos vamos, sino para los que ahora son chicos y adolescentes. Otra nueva frustración.
¡Ay, patria mía! ¡Qué hijos de puta que son, madre mía! ¡Qué malparidos!
Idus de marzo: ¿Cuánto tardará la runfla en sacar una ley que baje las retenciones a la exportación de soja?
Hubo un bloque con cuatro senadores de la runfla. Luego, un breve espacio de réplica que fue usado por el senador Gioia por el oficialismo; luego una intervención de Agustín Rossi, y finalmente un debate entre dos diputados oficialistas y dos opositores.
Tanto en la intervención de los cuatro senadores primero, como en la de los dos diputados de la oposición después, quedó bien en claro cuál es la estrategia política de la runfla de aquí en más: impedir la gobernabilidad.
Fueron claros: nosotros sacaremos nuestras leyes, y si la Presidenta las quiere vetar, que las vete: es una de sus facultades constitucionales. Y recibiremos los proyectos del Ejecutivo... para estudiarlos. Si nos gustan, van al recinto, si no, nones.
En términos prácticos, es el anuncio de la táctica para el combate: de impedir la gobernabilidad; en términos politicos, es el anuncio formal de un golpe de estado blanco. Fueron muy claros, y los gestos de regodeo ante la realidad que inauguraron y anuncian para el futuro fue inocultable. Al menos por parte de los seis que estuvieron anoche en TN. Al margen: tres de esos seis son absolutamente impresentables, pero... así es la política en Argentina de hoy. Es lo que hay.
Poner en marcha un golpe de estado blanco es riesgoso, pero a estos tipos poco les importa. Agustín Rossi dijo que la gobernabilidad no había de afectarse porque el gobierno está fuerte. Puede ser. Pero es riesgoso. Debe tenerse en cuenta que el stablishment no sólo cuenta con las herramientas para dificultar la gobernabilidad, sino que además cuenta con otras herramientas en cuyo uso son expertos, tales como subas infladas de precios, guerra sucia mediática, maniobras desestabilizadoras en los mercados, mano de obra dispuesta a iniciar saqueos, etc. Van por todo, así que, tomadas ya las posiciones "insitucionales", pondrán en marcha las demás herramientas.
Y es riesgoso por la misma razón que ya fue dicha muchas veces aquí: el gobierno no tiene una base social militante activa dispuesta a movilizarse para defender el modelo de inclusión. Y no por falta de personas dispuestas, que las hay y son millones, sino por la falta de una estructura política clara, programáticamente inequívoca. Aferrados como están a las estructuras más fuertes que tienen a la mano, el Aparato territorial-sindical del Pejota, los dirigientes que conforman el kirchnerismo en el poder, no pueden pegar el salto dialéctico y conformar una base politica social que, no digamos para conformar un tercer movimiento histórico, pero sí para reunir en una sola estructura, férreamente cohesionada en lo ideológico-programático, a los millones de ciudadanos dispuestos a defender el modelo.
Con los discursos de la Presidenta, dichos ante un auditorio reunido por las estructuras partidarias territoriales, no alcanza. Está bien que se comprende que tales escenarios se arman para que la Presidenta llegue a todo el pueblo a través de la tevé. Pero eso no alcanza. Es últil para despertar conciencia en muchas personas de las clases medias que la siguen en la tele. Incluso para conseguir adhesiones, y que las logra día a día. Pero no alcanza. Son las bases sociales que conforman los sectores más postergados de la sociedad, esos mismos que estuvieron desatendidos hasta la implementación de la asignación universal por hijo y de los planes cooperativos de trabajo, precisamente ésos los que deben ser políticamente organizados, pero no detrás de las estructuras del aparato. La razón es sencilla: estas estructuras están viciadas por años de prácticas corruptas y, lo que es más grave, son altamente lábiles.
El riesgo está, pues. La decisión de dar comienzo al golpe de estado; y la decisión de Cristina Fernández de seguir adelante; nos llevará a un escenario de confrontación creciente. No tengo ningún empacho en declarar, aquí y ahora, que la responsabilidad por la tragedia que se avecina es del poder económico y, sobre todo, de la runfla obediente que ahora la va de republicanismo destituyente. La prueba para poder asegurar esta responsabilidad unilateral es simple: actores que, ideológicamente siempre han estado y por lo tanto deberían estar hoy mismo en la defensa de honrar la deuda, de salir del default, de celebrar los signos positivos del mercado al que adoran como un dios, con tal de desestabilizar e impedir la gobernabilidad, se fastidian e ignoran los signos positivos del mercado, se niegan a pagar deuda, socavan a las instituciones más sensibles para los mercados. Ese grado de enajenación, de alienación por parte de estos actores alcanza para atribuirles responsabilidad. Anoche, Agustín Rossi fue categórico: están locos. ¿Producto de la calentura? Ahí ahí. Caliente, sí; pero certero. Locos, no; pero enajenados, alienados, sí.
Vendrán tiempos difíciles. Muy difíciles. Y no es improbable que termine en tragedia. Estos agentes de la eterna inequidad social han demostrado más de una vez, a lo largo de toda la historia, y no sólo la argentina, que no les importan las tragedias. Es más: si la sangre les garantiza la preservación de sus intereses, pues que haya sangre.
Es una pena, claro. No para mí y los de mi generación, que ya nos vamos, sino para los que ahora son chicos y adolescentes. Otra nueva frustración.
¡Ay, patria mía! ¡Qué hijos de puta que son, madre mía! ¡Qué malparidos!
Idus de marzo: ¿Cuánto tardará la runfla en sacar una ley que baje las retenciones a la exportación de soja?
Alfredo Arri.
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