miércoles, 10 de marzo de 2010

Leyendo los diarios.

Walter Graziano y la deuda externa.

Los dos párrafos que se reproducen a continuación pertenecen al texto que Walter Graziano publicó en Ambito financiero, días atrás. No la reproduzco totalmente porque pertenece a una edición por suscripción que tiene sus derechos reservados. Pero el lector de este modesto sitio podrá leerla completamente en diversos sitios, por ejemplo, en este enlace de Ambito financiero, Walter Graziano, el lado oculto de las reservas.

El hecho de haber leído tanto Hitler ganó la guerra como Quién no vio Matrix, ambos textos de Graziano, me obliga a ser honesto con mi lector: las tesis de Graziano acerca del Poder Mundial y sus eternas conspiraciones, son riquísimas en datos pero flojitas en estructuración. Como toda teoría conspirativa de la historia, la de Graziano no está exenta de las generales de la ley: el autor arma su estructura discursiva con las datos que le sirven para sostener la tesis, pero desecha los que no le sirven, los que no le encajan y que, a pesar del autor, siguen siendo datos de la realidad. Como diría cualquier observador prudente: Así, cualquiera.

De todas maneras, hecha la salvedad, no cabe duda alguna de que Graziano conoce el paño. Es más, lo conoce muy bien. Sabe de lo que habla o escribe. Y en el caso de esta nota de Ambito, de tanta actualidad, su texto es totalmente coherente. Peca con algunas palabras que lo arriman a su hobby, por cierto. Oculto, conspiración, sombras, etc. Pero, dejando de lado las teorías conspirativas de la historia (que siempre son un relato forzado y por lo tanto falso, o en el mejor de los casos, parcial), las conspiraciones puntuales existen. Anoche mismo tuve oportunidad de ver en TN, por ejemplo, en el programa de Santo Biasatti, un reportaje que un periodista le hizo a Lucio Gelli. (Lamento no haber registrado el nombre del periodista). O sea, las conspiraciones existen. Y en un reportaje que esta tarde le hizo Eduardo Anguita por radio Nacional, Walter Graziano dijo algo así como: dejemos de lado la palabra conspiración, podemos llamarla ciertas acciones como las llama la ley: asociación ilícita.

En fin. El artículo de Walter Graziano que se cita aquí debe leerse sí o sí. Es imperdible. Y sobre todo, deberían leerlos los opositores al gobierno, al menos los rescatables. En este blog se ha insistido una y otra vez que lo más patético del papel que están cumpliendo algunos opositores que no están manchados con las sospechas de corrupción (y con una historia impresentable), es que se encuentran presos de los corporaciones, que los mandan a hacer y decir lo que el poder real quiere que hagan o digan. Los llamé cooptados, runfla, y muchos epítetos más. Walter Graziano es más directo: "idiotas útiles" los llama, echando mano a la famosa expresión leniniana.

En fin. Altamente recomendable. Van los dos párrafos prometidos, para tentar a su lectura completa.


Así dadas las cosas, en 2012, estos acreedores hoy disfrazados de opositores comunes, y utilizando a una vasta mayoría de los genuinos opositores que hacen el lamentable papel de «idiotas útiles» a esta maniobra, podrían presionar a cualquier nuevo Gobierno para que solucione de manera definitiva el tema de la deuda de una manera mucho más ventajosa para los acreedores, o sea con una quita de deuda muy inferior al 65%, o incluso nula, dado que si las reservas siguieran batiendo récords tendrían el argumento de que el país contaría con los dólares suficientes para honrar sus compromisos sin ningún tipo de quita. Algunos acreedores de otros países, por ejemplo, de Perú, han logrado eso en el pasado y algunos estudios jurídicos radicados en Buenos Aires así como algunas consultoras radicadas por algunos argentinos en EE.UU. estarían detrás de esta inmensa maniobra que beneficiaría a los fondos buitre y a muchos que han comprado papeles de deuda argentina por centavos y perjudicaría seriamente al país, que quedaría con una deuda externa muy superior a la que resultaría si se procede a resolver la parte de la deuda que falta renegociar desde una posición de dureza y mientras las reservas aún no alcanzan cifras mayores.

A no confundirse entonces, a quienes se consideran a sí mismos auténticos y genuinos opositores del kirchnerismo, lo que les conviene es dejar que el Gobierno pueda resolver lo más rápido y lo mejor posible el tema de la deuda con la mayor quita posible, nunca menos del 65%. De otra manera, si alguna parte de la oposición ganara las elecciones en 2011, serán ellos quienes deban negociar este espinoso tema que se les puede transformar en un terrible dolor de cabeza si no logran imponer una quita al menos igual a la lograda en 2005, cuando el Banco Central tenía muchos menos dólares y el país aún estaba cerca del desastre de 2001-2002. Hay que resaltar que por eso es que en 2005 aún resultaba más fácil negociar quitas tan elevadas. Con el paso del tiempo es cada vez más difícil porque las reservas suben y el país va saliendo de lo peor de su crisis.

Fuente: Walter Graziano. El lado oculto de las reservas

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