sábado, 13 de marzo de 2010

La oposición destituyente.

Bitácora del ciudadano de a pie.

Una parte del arco opositor:
destituyente hasta las tetas.


Desde este blog he insistido en una idea básica: Casi todos los políticos que componen el hetergéneo abanico opositor se han metido en una trampa de la que les resulta casi imposible salir: la de seguir, como los patitos de la fila de la ronda infantil que siguen a la pata, a las directivas de los sectores económicos tradicionales de la Argentina, al establishment, al estatus quo. O a lo peor de ese poder, su parte destituyente. Directivas que estos grupos exponen a través de sus escribas y hablistas que copan los medios hegemónicos. Desde estas voces se lanzan las órdenes: a la clase política, a los jueces del palo, a la vez que se alimenta a una clase media consumidora de medios con muletillas malévolas, destituyentes.

Es así de sencillo. Los recursos que tienen los medios son infinitos, y la herramienta es la retórica. Así, pueden imponer con total impunidad sujetos políticos virtuales, tales como "el campo" o "la oposición". De ese modo, una parte de los agentes de la producción agropecuaria (sujetos reales) se convierte en "el campo", un sujeto virtual; y una fracción política parcial y minoritaria (sujeto real) se convierte en "la oposición", sujeto virtual. A los demás agentes de la producción agropecuaria (diversos sujetos reales) les queda como alternativa: o diluir sus propias identidades como un solo sujeto dentro del colectivo virtual, o no existir mediáticamente (realidad virtual). Siguen existiendo como sujetos en la realidad real, pero... para ingresar en el mundo virtual, deben enajenar esa identidad.

Lo propio sucede con los políticos. Un grupo con entidad política inequivoca (sujeto real en el universo de la oposición, pero minoritario dentro de ese mismo universo) elabora la estrategia política conforme a sus intereses e ideología. Al poseer la herramienta mediática, este grupo convierte su posición política parcial en realidad virtual universal, y al sujeto real minoritario lo convierte en el sujeto universal virtual "la oposición". Los demás grupos opositores, o se suman a ese sujeto, dejando de lado su propia identidad, para entrar a tallar en el mundo virtual o permanecen en el mundo real, donde los medios, deliberadamente, no llegan.

Los escribas y hablistas escriben y entonan todos los días la letra y música de las chamarritas campestres que los demás políticos deben seguir si quieren permanecer en el mundo virtual. Pero, como en el mundo real es tan real que no es posible salir de él, rige la competencia. Entonces, los políticos, en el afán de competir entre ellos, se comportan como en los microclimas empresariales a la hora de la lucha por los ascensos: se convierten en más papistas que el Papa.

Ésta es la única explicación racional para comprender que, por ejemplo, una política pida cámaras del mundo virtual para soltar una sentencia de la que ya no se regresará jamás: Los hijos de la señora Ernestina Herrera de Noble son nuestros hijos. O, más patético aún, que tres diputados nacionales de diversos bloques se presenten ante la Justicia para frenar medidas gerenciales del Poder Ejecutivo nacional. O, también, que se presenten ante los tribunales para frenar a como dé lugar la vigencia de la Ley de Medios. O, para conformar el Partido A en diputados, o el Rejunte R-37 en el Senado.

Todo aquél que en estos días se pregunta qué carajo hace Rubén Giustiniani al lado de Carlos Reutemann, por poner el ejemplo más hiriente para la democracia, tendrá la respuesta en esa peregrina, evidente y lastimosa realidad: están todos presos de la retórica de un grupo político minoritario (destituyente hasta las tetas); presos de grupos del poder económico concetrados (destituyente hasta las tetas); presos de los medios que les sirven a aquéllos (destituyentes hasta las tetas).

El setenta por ciento del país rechazó el modelo. Ésta muletilla, para la gilada, es una de las instalaciones mediáticas más repetidas. Ingenuamente, quienes creen en ella, esperan que el Partido A y el R-37 funcione como una unidad que responda a esa realidad virtual. Y resulta que la realidad virtual, como sucede fatalmente, choca con la realidad real.

Aceptar pasivamente el dictamen de que en junio del año pasado el setenta por ciento del país votó contra Kirchner es una muestra de ingenuidad o ignorancia tan grande como dictaminar que el setenta por ciento de la Capital votó contra Macri. Sin embargo, buena parte de la gilada la cree.

Por supuesto, a la gilada se la alimenta con muletillas. El problema no es la gilada. Ésta choca solita contra el muro de la realidad que, como es fama, está hecho de ladrillos, cal y cemento. El problema son los políticos.

El poder real que impuso los sujetos sociales virtuales a su conveniencia -"el campo", "la oposición"- les metió a los políticos ésta interpretación de la elección de junio:

El resultado electoral es un triunfo contundente de la Argentina Verde y Competitiva. Ganó la soja. Ganó el modelo del eje Rosario-Córdoba, el nuevo centro de gravedad de la economía argentina. La sociedad entiende que no se pueden atender las necesidades de los sectores postergados, representados por el eje Matanza-Riachuelo, expoliando al interior genuinamente productivo. Como decíamos una semana atrás, no es desnudando al santo del interior como se va a vestir al santo del conurbano. Hace falta "otro modelo".

Fuente: Héctor Huergo, Clarin Rural, 4/7/09


Los políticos, lo quieran o no, al marchar detrás de las directivas mediáticas, marchan detrás de esa concepción sectorial e ideológica de la política, destituyente. Así, el sujeto social virtual "la oposición", del que forzadamente los políticos forman parte en forma individual o bajo minibloques partidarios, es, en realidad, el sujeto real "Argentina Verde y Competitiva", el "Eje Córdoba Rosario", la "soja".

Si los políticos no se liberan de esas ataduras, que los lleva a confrontar en batallas destituyentes de aquí a la China, tan obvias que ni siquiera merecen ser discutidas a esta altura de la soirée, si no se liberan de esa trampa, están condenados al fracaso. ¿Por qué? Porque el ciudadano no es tan estúpido como los medios, y a veces los políticos mismos creen. El ciudadano corriente ve cómo desbarrancan, y mal. Desbarrancó Elisa Carrió con su patética declaración sobre los hijos de la dueña de Clarín; desbarrancó Gerardo Morales al mostrarse ante Marcó del Pont como un inquisidor soberbio en el Senado; desbarancó Adolfo Rodríguez Saa al poner la cara ante cámaras para hablar de la defensa de los ahorros de los argentinos y de las reservas de la patria; desbarrancan una y otra vez al acusar de corruptos a sus colegas que tomaron la decisión de actuar en forma independiente en tal o cual votación. En este último item, por ejemplo, el espectáculo que ofrecieron los periodistas de TN tomándole examen de Oposición II a la senadora Latorre no es gratuito: los ciudadanos ven, observan, comprenden, y rechazan.

Los políticos profesionales no pueden pasar por alto los signos de esta descomposición de su propia clase, por decirlo de alguna manera.

Si Elisa Carrió afirma que los hijos de Herrera de Noble son "nuestros hijos", al tiempo que afirma que el gobierno de Cristina Fernández es fascista, es porque algo anda muy mal.

Si Rodolfo Terragno la juega de Juan Bautista Alberti en compañia de Eduardo Duhalde, es porque algo anda muy mal.

Si la UCR tiene que hacer un Concilio Ecuménico para determinar si el Vicepresidente de la Nación debe permanecer en su cargo o no, es porque algo anda muy mal.

Si Luis Majul se autoproclama el Emilio Zola de Argentina, es porque algo anda muy mal.

Los políticos que componen el arco opositor no pueden cambiar el modelo. No sólo porque no les da la correlación de fuerzas sino porque carecen del derecho para hacerlo. Más siguen a esa comparsa, más se hundirán en la consideración del pueblo. El mercado electoral dispuesto a hacer o aceptar cualquier cosa con tal de que le saquen de encima a los Kirchner es limitado. Es el que es y no crece. El mercado electoral grande, el de la clase media que no está obnubilada por los prejuicios y los odios, los mira con estupor a los políticos que debería mirar con simpatías porque día a día se mandan una nueva macana.

Libérense del relato de la patria sojera. Libérense del relato de la patria mediática. Hagan política de la grande.

Los dos años que hay por delante exigen colaboración. Opositores y Gobierno se necesitan mutuamente. A consensuar. A dialogar. A entrar en el toma y daca. Es lo que corresponde. Pero no para imponer un "modelo alternativo", "otro modelo" como exige el señor Huergo y a quienes él representa, destituyentes hasta las tetas. Olvídense de eso. Despéguense de los destituyentes. Para cambiar el modelo tienen que ganar las elecciones presidenciales, el año que viene. Hasta tanto, son otras las tareas por hacer. Están las provincias con necesidades financieras. He ahí un buen punto para hacer pesar el número y negociar. Pero para eso es necesario que no sigan a pie juntillas las instrucciones de los Morales Solá que tanto abundan en los medios del poder económico. Quizás no se den cuenta aún, pero eso es lo que los está llevando al abismo. Hace dos años que marchan detrás de las cantinelas de esa parte del establishment, de esa parte destituyente.

Destituyentes hasta las tetas.


Alfredo Arri.

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