viernes, 19 de marzo de 2010

La imagen positiva, la imagen negativa de Kirchner


Bitácora del ciudadano de a pie.

Crece la imagen positiva del kirchnerismo
y se alteran los escribas del establishment.

El lector de este modesto blog podrá encontrar en otro verdaderamente importante, Ramble Tamble, el blog de Artemio López, un texto que analiza las probables causas de la recuperación de sus imágenes positivas que han tenido en estas últimas semanas, tanto Néstor Kirchner como Cristina Fernández. El autor del análisis que Artemio López comparte con sus lectores es el politicólogo Julio Burdman ( politólogo , Director de la Carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad de Belgrano, Director del Observatorio Electoral Latinoamericano).

La invitación a su lectura se debe a que el modesto ciudadano de a pie que firma las entradas de este blog comparte en líneas generales ese análisis, que por otra parte es más o menos coincidente con lo que fue expresado aquí en varias entradas.

Del análisis no están ausentes las clases medias urbanas y un cambio de percepción entre sus miembros acerca de la situación política actual.

No es posible evitar de relacionar el tema en sí mismo, esto es, la visible y palpable recuperación de la imagen positiva del kirchnerismo, con el despertar de su letargo de una buena parte de las clases medias urbanas. Y esto es peligroso para el establishment.

Hoy mismo, en un texto editorial formal, La Nación vuelve a abominar de las masas en la calle. Utiliza el vocablo autoritarismo para decir que es propio de los regímenes autoritarios la movilización de los adherentes a un gobierno. Y pone como ejemplo, por supuesto, el acto de Ferro.

Más allá de la banalización de la palabra autoritarismo, o regímenes totalitarios, con lo cual el autor del texto oficial de la tribuna de doctrina falta el respeto a los pueblos que verdaderamente padecen regímenes autoritarios, el editorialista en realidad se espanta por lo que el acto de Ferro fue en realidad y que, nada menos que Beatriz Sarlo, para el mismo diario, y con cobertura in situ, caracterizó de una forma muy diversa a la que imagina el editorial.

"Pero el estadio de Ferro no sólo se llenó de gente que iba por el plan y, además, la gente que va por el plan, incluso cuando es manipulada, también tiene capacidad de entusiasmo. Desconocerlo es casi como afirmar que quien no aprendió bien la doctrina católica va a la Iglesia sólo movido por los temores de una creencia supersticiosa o para que le regalen alguna ropita usada. [También había en Ferro] intelectuales, capas medias progresistas, y adolescentes que están allí como en un recital, haciendo el aguante."

fuente: Beatriz Sarlo, Las dos almas de Néstor Kirchner.


Como se ve, ambas noticias (el mejoramiento en la imagen positiva del kirchnerismo, y, la otra, la novedad de que buena parte de las clases medias urbanas han decidido abandonar el sillón frente a una tele desde la que el establishment las adormece, para salir a la calle, a sumarse a los cartoneros, a los pibes militantes de los movientos sociales, a abrazar a Milagro Sala. (esto último en otro acto, no en el de Ferro, pero la imagen vale); como se ve, decía, ambas noticias están relacionadas estrechamente.

Es verdad que los políticos opositores contribuyen en buena parte a este fenómeno que se observa en todas partes, aun en las filas de los supermercados. Es por su papel de servidores pasivos, obedientes al establishment y a los medios, papel que los lleva a cometer desaguisado tras desaguisado en el Congreso, a mariconear ante la Justicia, y que los hace involuntarios impulsores de un rechazo a la oposición y un acercamiento al oficialismo por parte de la ciudadanía. O como escribe el autor de la nota cuya lectura se recomienda al inicio de esta entrada: "Mi hipótesis es que después del conflicto por las reservas y la presidencia del Banco Central, un sector menor de la opinión pública desilusionada con los K ha comenzado a pensar que los opositores pueden ser una alternativa peor."

En términos más barriales podríamos manifestar fenómenos parecidos de modos más chuscos. Baste uno como botón de muestra: Muchos de mis vecinos porteños se preguntan a viva voz: ¿Para qué mierda voté a Solanas? Por supuesto, no les respondo con el yo te lo dije porque la desubicación no forma parte de mi personalidad a la hora del trato urbano.

Es que la imagen del regreso de los muertos vivos es muy fuerte.

Alfredo Arri

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