domingo, 21 de marzo de 2010

Mariano Grondona incursiona en la literatura fantástica.


Leyendo los diarios. Literatura fantástica. La hora de los seres imaginarios.

La doctrina de la Santísima Trinidad
extrapolada a la Política y al Derecho.


Mariano Grondona incursiona en el género de la literatura fantástica.

En diciembre de 2007, más precisamente en el día anterior al que Cristina Fernández asumió la Presidencia de la Nación, el doctor Mariano Grondona lanzó en su columna dórica y jónica de La Nación una extraña invención de la literatura fantástica: que la Corte Suprema de Justicia tendría que considerar que la Presidencia de Cristina Fernández debía ser considerada, en realidad, como la reelección de Néstor Kirchner, y que cualquiera nueva candidatura de uno de los dos miembros del matrimonio debería ser considerada por la Corte como una tercera elección consecutiva, prohibida por la Constitución.

La extrarodinaria muestra de pensamiento teratológico remite, indefectiblemente, a la espantosa imagen de la divinidad una y trino de la teología católica, es decir, Néstor Kichner, Cristina Fernández y Presidencia de la Nación como la expresión de una sola persona, a la manera del Padre, Hijo y Espíritu Santo de la Santísima Trinidad.

En aquel entonces pensé: bueno, no es extraño que a un católico se le ocurriese semejante disparate. ¿Por qué no extrapolar una figura de la teología católica al Derecho? Es un ejercicio de consolación, pensé también. En aquellos días la popularidad de Cristina Fernandez estaba por las nubes y Néstor Kirchner había abandonado la presidencia con una imagen positiva muy alta. Una suerte de lance-consuelo, digamos, ante la posibilidad cierta de que la sucesión Néstor Cristina, Cristina Néstor podría ser indefinida.

Por supuesto, pasada la lectura de aquel texto, que Mariano Grondona tituló De Chávez a Kirchner, vidas paralelas, el tema pasó al inmediato olvido.

Pero resulta que ahora, precisamente hoy, el columnista de miércoles y domingos reflota su absurda tesis.

Que es más absurda que hace dos años, ya que siendo ahora Néstor Kirchner diputado nacional, tendríamos la extraodinaria circunstancia de que una misma persona esté ocupando dos puestos diferentes en dos poderes del Estado, al mismo tiempo. Un auténtico milagro.

No, si es evidente: para invenciones institucionales nada como los argentinos. A un vicepresidente anómalo, singularísimo en toda la doctrina política de Occidente; a una oposición heterógenea y variopinta que sigue a los medios y a las corporaciones como los chicos de la salita rosa; a diputados que van a mariconear a los estrados judiciales por cualquier verdura; a políticos que van a sembrar cartas antiargentinas en las embajadas extranjeras; a toda esta originalidad, se suma ahora la invención del doctor Grondona.

Pero más allá de esta muestra audaz de flojedad de argumentos del doctor Grondona, lo verdaderamente interesante es que la viene a reflotar ahora.

Porque, seamos francos: si en 2007 parecía que el kirchnerismo era imparable, tal lance teratológico se justificaba. Pero ahora, cuando según las encuestas que todos mencionan pero que nadie conoce, dan a la popularidad de Cristina Fernández una tan pobre qaue se mide por micrones, al igual que la de Néstor Kirchner, ¿para qué presentar esa tesis absurda a la consideración de sus lectores?

La respuesta es obvia.

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