miércoles, 3 de febrero de 2010

Redrado desechado. Periodismo de anticipación.

Política nacional.

Redrado desechado
y el periodismo de anticipación.


Con la entrega, anoche, del consejo de oro a la Presidenta por parte de los tres legisladores que conformaron la Bicameral, absolutamente innecesaria pero a la vez necesaria para satisfacer las exigencias formalistas de los apegados a las formas de la ley cuando les conviene, parece terminar el capítulo más pedorro del culebrón Banco Central.

En algún momento de la noche del viernes pasado, cuando Martín Pérez Redrado dio una conferencia de prensa de doce mil horas, cincuenta y nueve minutos y algunos segundos, llegué a aceptar como posible la idea que alguna vez rondó por mi cabeza, aunque en forma breve: este tipo está chapita. Pero fue sólo por un momento. Pasado el estupor ante tanta manifestación de amor a sí mismo que tuvo el golden, volví a mi creencia original, la única que puede explicar la insólita movida de Pérez Redrado, multimedios, oposición, Cobos, etc.: se trató, en efecto, de una movida destituyente.

Eso era tan obvio que no admitía duda alguna. Sobre todo cuando el golden boy se mandó con esas insólitas frases que en este blog fueron juzgadas como las propia de un tipo peligroso, ya que estuvo a punto de delatar la identidad de sus titiriteros. Éstos, obvio, lo patearon apenas se dio la ocasión. El único problema -para el ciudadano de a pie- era saber quiénes eran esos titiriteros.

La única versión que se dió fue la de Miradas al Sur: La movida la comandaron Magnetto y Cobos. Todos los demás medios (excepto Perfil), al unísono, lanzaron escandalizados este grito de guerra: ¿Conspiración? Esos son embelecos fraguados en Olivos. ¡Paranoicos!

Pero la verdad es que ésa, la primera versión de la historia, es, hasta ahora, la única disponible. La verosimilitud es altísima.

Así que no está demás reproducir aquí la nota editorial de Miradas al Sur del último domingo, en la que Eduardo Anguita escribe:

Magnetto equivocó la jugada.
por Eduardo Anguita. Miradas al Sur.

Héctor Magnetto había apostado fuerte a Hernán Pérez. Pero así como este señor prefiere que lo llamen Martín Redrado –segundo nombre y apellido, respectivamente– se convirtió en un escollo más que en una solución para los planes del CEO de Clarín. Magnetto había logrado que Pérez estuviera apoyado por varios jueces –la punta fue María José Sarmiento que se comunicaba con TN por mensajito– y por los senadores Gerardo Morales y Ernesto Sanz, además, por supuesto, de Julio Cobos. En ese contexto se entiende que se hubiera atrincherado en el Banco Central y que dijera, desafiante, desde la puerta de su casa: “Ellos creen que me matan, yo creo que se suicidan. No saben lo duro que puedo ser”. Eso fue al principio de este entuerto, que Elisa Carrió y Francisco de Narváez pronosticaron como largo y que terminó abruptamente el viernes por la noche. En la jornada más calurosa de enero, de impecables gemelos y traje de financista, Pérez llamó al hotel Plaza para confesar: “Estoy cansado. Me voy”. Algunos quieren leer estas declaraciones en clave psicoanalítica y atribuirlas a una personalidad ciclotímica. Nada más erróneo. Lo duro que podía ser refería al gran respaldo que le había hecho Magnetto, su principal espónsor. Pero el ajedrez de la política no se queda en las figuras, sino en las conveniencias y, sobre todo, en la secuencia de por qué mover un trebejo en una dirección o sacrificar otro. Cuando la Presidenta decidió jugar a fondo y no viajar a China, Sanz y Morales entendieron que estaban obligados a quedar pegados a Pérez. A su vez, cuando Cobos convocó la Comisión Bicameral sabía que los ojos del país estarían atentos a un nuevo voto, ¿no positivo o no negativo?, pero en esta oportunidad sin la patria sojera de motor, sino para trabar el Fondo del Bicentenario y complicar la situación financiera de la Argentina.

En ese escenario, Cobos, a medida que se terminaba la semana, se desmarcó del ex presidente del Central. Sanz y Morales lo dejaron librado a su suerte. El mejor argumento para distraer la atención lo dio el jurista radical Ricardo Gil Lavedra, quien falsificó los hechos con mucha elegancia. En vez de decir que Redrado no tenía más apoyo, consideró que estaba frente a un hecho abstracto: “¿Qué sentido tiene aconsejar la remoción o no de alguien que ha manifestado su voluntad de renunciar?”. La verdad es otra: el ex presidente del Central había quedado solo como un cero solo. El mismo Gil Lavedra fue uno de los que se desentendió de la suerte de Hernán Pérez.


Página 12. La verdad de esta historia no estaba en la tapa de Clarín de ayer, “Redrado se fue con graves acusaciones”, porque las denuncias no superan el poder de un rompeportones ni la luz de una bengala (ver artículo de Federico Bernal en esta página), sino en la página 12 de esa edición. En ella se despliega, como título, todo el sueño de Magnetto: “Termina la feria judicial y queda suspendida la ley de medios”. Se refiere al fallo de la jueza mendocina Olga Pura de Arrabal, adjunta al Grupo Vila Manzano, por pedido del también amigo del Grupo diputado Enrique Thomas. Clarín, en muestra de periodismo anticipatorio, advierte deberían suspenderse “los censos de licencias de radio y televisión que está realizando la Autoridad Federal”. ¡Es de Ripley! El monopolio se pasó años machacando contra las radios clandestinas (con todo lo que connota ese adjetivo), ahora ¡no quiere censos de medios! Parece mentira que un grupo mediático que hizo causa nacional sobre los supuestos desmanejos del Indec ahora se ampara en un fallo para paralizar un censo. El final de la nota parece un mal guión en una telenovela que Canal 13 nunca va a poner al aire. “A menos que ocurra algo inesperado, en la primera semana de febrero se suspenderá la aplicación de la ley de medios y volverá a regir la anterior ley. Alguno de los editores de Clarín o columnistas de Telenoche podría llamar a Magnetto para que se entere de que la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual está vigente. No es un caso abstracto, por más piedras que algunas juezas amigas pongan en el camino.

Fuente: Magnetto equivocó la jugada, por Eduardo Anguita, en Miradas al Sur. 31/01/10, pg 3

El lector podrá leer la nota de periodismo anticipatorio de Clarín que se alude en esta entrada, firmada por Alejandro Alfie en este enlace: Termina la feria judicial y...


o0o
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario