miércoles, 3 de febrero de 2010

Morales Solá: Lo peor está por venir.

Bitácora del ciudadano de a pie.

Veinte afirmaciones ligeras y un silogismo encantador.

Como no tengo nada que hacer esta mañana, y como la lluvia me motiva para sentarme a escribir un post, elegí deschavar mi método de lectura de los sesudos análisis de los periodistas de fuste. En este caso elegí las parrafadas que Joaquín Morales Solá publicó en La Nación ayer. Mi lector está en libertad de cambiar mis palabras por otras que digan lo mismo pero con un lenguaje más coloquial. Es decir: escribo en esta entrada cada uno de los pensamientos que me provocó leer a Morales Solá pero el lenguaje que elegí para registrarlos no es el mismo que surgió en el pensamiento. Hay que ser educadito y guardar las formas, ¿vistes?

Ahi va completito el texto de Morales Solá, comentado por un ciudadano de a pie que hoy no tenía nada que hacer:
Lo peor está por venir.

Por Joaquín Morales Solá. En La Nación.

"Sólo un profundo cambio de gabinete y de métodos podría despejar el camino hasta 2011." La frase, seca y fatalista, pertenece a un kirchnerista descontento, que son los únicos kirchneristas que existen ahora. La tan inútil como grave crisis del verano desenmascaró a un gobierno estéril y a una sociedad maltratada. Ninguna perspectiva es buena cuando esa mezcla es el resumen que prevalece entre tantos culebrones simultáneos.


Afirmación 1: los únicos kirchneristas que existen ahora son los kirchneristas descontentos. Tratándose principalmente el kirchnerismo de una variante del justicialismo, movimiento donde los descontentos encuentran espacios para contentarse con rapidez, debe uno interpretar esta afirmación, definitivamente, que ya no quedan kirchneristas. Sólo los Kirchner.

Afirmación 2: la crisis de enero fue inútil y grave. Se supone que el periodista habla en nombre de la sociedad, por lo tanto, la payasada fue inútil para la sociedad. Pero como todo acto tiene consecuencias, ningún acto o movida como la que vivimos en enero es inútil del todo. Hay ganadores y perdedores. En este blog ya se ha analizado este tema, así que no insistiré. En cuanto a la gravedad... depende. Si se trata de calificar la acción del ex del Central, de los políticos que le dieron calce, de los poderes económicos que lo fogoneron, todo eso sí es grave: apuntó a un golpe institucional. Si se trata de sopesar la gravedad del circo sobre los hipersensibles mercados y el pueblo en general, fue cero.

Afirmación 3: el gobierno es estéril. ¡Vaya esterilidad! En los últimos meses, para no ir demasiado lejos: ley de medios, reforma política, asignación universal por hijo y fondo del Bicentenario.

Afirmación 4: la sociedad es maltratada por el gobierno. La sociedad, o muy buena parte de ella, está disfrutando sus vacaciones, en un clima de bonanza y sosiego que hace tiempo no disfrutaba. Otra muy buena parte de la sociedad estuvo mirando el culebrón de Pérez con el estupor de ver cómo personajes intrascendentes ocupan las pantallas de la tele todo el día. O sea, se avivan de que están siendo maltratada por los medios. Tomar a la sociedad por estúpida es una forma de maltrato.

El conflicto sólo ha empezado: la Justicia funciona a pleno desde esta semana, después de la feria de enero, y el Congreso comienza a desentumecerse por los preparativos del período de sesiones ordinarias que se abrirá el 1º de marzo. La enorme crisis de enero contó, a pesar de todo, con apenas un puñado de jueces y con otra pequeña porción de legisladores. Lo peor está por venir.


Afirmación 5: El conflicto sólo ha empezado... lo peor está por venir. Las dos sentencias, que abre una y cierra la otra un párrafo, está fundamentada con las oraciones encerradas por ella: El sistema de Justicia y el Congreso se encargarán de cumplir la tarea de transformar lo antes bueno, lo ahora grave a lo muy pronto peor.

Afirmación 6: La enorme crisis de enero contó con apenas un puñado de jueces y un puñado de legisladores. En dos párrafos nada más, la crisis pasó de grave a enorme. Las fuerzas del establishment: el sistema de justicia y el Congreso opositor. Con las avanzadillas, nomás, ya se produjo una enorme crisis.

Contra todo lo que se prometió, el gobierno de Cristina Kirchner será reconocido en la historia como uno de los períodos de mayor desdén institucional. Su marido no fue mejor que ella, pero él pudo disimular su indiferencia institucional envuelto en una situación política y económica más benévola. De hecho, Néstor Kirchner es corresponsable de los manejos y desmanejos actuales. Aislado del mundo y de la sociedad, de la política y de los partidos, el matrimonio presidencial prefiere gobernar atufado en Olivos, en compañía de una pequeña corte de incondicionales. Mucha información no llega hasta ahí.


Afirmación 7: el gobierno de Cristina Kirchner será reconocido en la historia como uno de los períodos de mayor desdén institucional. Uno de los mayores. ¿Cuáles son los otros mayores períodos de desdén institucional? ¿El del Uriburu del 30?, ¿El del golpe del 43? ¿El peronismo? ¿El de Aramburu-Rojas?¿El de Onganía? ¿El de Videla? ¿O acaso el de Menem? ¿O el de De La Rúa? Todos purísimos modelos de respeto institucional. ¿Ignora el señor Joaquín Morales Solá que todo argentino medio conoce algo, alguito nomás de historia, ya que en su párrafo mencionó a la Historia? No, claro que no lo ignora. Afirma de mala fe. Es más: yo me atrevería a asegurar que para el señor Morales Solá otro período de desdén institucional sería uno que no está en la lista que enumeré: el de Alfonsín. Ese radical zurdoso que se le dio por juzgar a las juntas...

Afirmación 8: el matrimonio presidencial prefiere gobernar atufado en Olivos, en compañía de una pequeña corte de incondicionales. Los Kirchner están solos. Los demás se desencantaron, ya se dijo. Y los que quedan son los incondicionales.

Afirmación 9: Mucha información no llega hasta ahí. O sea, los Kirchner gobiernan con el diario de Yrigoyen. No parecería, dadas las continuas réplicas de Cristina y Néstor a toda la basura publicada.

¿Es Néstor Kirchner el autor intelectual de tantos estropicios? Lo es, pero eso no exculpa a Cristina Kirchner. Ella es la principal responsable de la conducción del Estado y no carece de experiencia política ni institucional. "Después de todo, es una señora de 57 años que tiene 20 años de experiencia legislativa en la Nación", desliza un antiguo amigo de ella y de él. Quizás su error haya sido llevar al Gobierno los códigos familiares: él es el jefe de la familia y también el líder último de una fracción política, en la que milita la Presidenta. Cristina no supo, en todo caso, separar la familia y la militancia de las cuestiones del Estado.


Afirmación 10: él es el jefe de la familia y también el líder último de una fracción política, en la que milita la Presidenta. ¿Cómo? ¿Néstor Kirchner es el líder último de una fracción política en la que milita Cristina, o sea el PJ? ¿No era que no quedan más que desencantados en el PJ?

Afirmación 11: Cristina no supo, en todo caso, separar la familia y la militancia de las cuestiones del Estado. Extraña afirmación para alguien a quien no se le conoce experiencia de familia, o sea que habla de lo que no conoce ni puede comprender si no es por referencias ajenas.

Pero ¿es la Presidenta distinta de su marido? Definitivamente, no. Ya como senadora era célebre en la Cámara alta por sus gestos autoritarios, por su arrogancia y por su escasa vocación para entender al otro. Hay una concepción común en el matrimonio que salió a luz diáfanamente en los últimos días: los Kirchner confunden la propiedad privada (la de ellos) con la del Estado. La República es sólo una ausencia en el universo de sus ideas.


Afirmación 12: Pero ¿es la Presidenta distinta de su marido? Definitivamente, no. Adose usted esta afirmación a la anterior: él es el jefe de familia y la contradicción es patente. Él es jefe de ella, pero como son iguales, ella es la jefa de él también. Esto último, dicho sea de paso, está en perfecta correspondencia con el folklore anti K: Kirchner presidente obedecía a su mujer; Cristina Presidenta obedece a su marido.

En medio de esa confusión, los límites suelen desaparecer con frecuencia. Ningún presidente de la democracia empujó y destrató tanto a un vicepresidente como Cristina Kirchner. Ningún presidente echó de manera tan destemplada al jefe del Banco Central porque éste se hubiera negado a convertir las reservas nacionales en una cuenta corriente a nombre del matrimonio gobernante. Ningún otro presidente hizo de la urgencia de un capricho una razón de Estado. ¿Por qué la Presidenta quería ya la transferencia de las reservas?


Afirmación 13: Ningún presidente de la democracia empujó y destrató tanto a un vicepresidente como Cristina Kirchner. Primero, curioso lo de vicepresidente de la democracia. Sería bueno haber visto a un vicepresidente de facto presidiendo una Cámara de Senadores. ¡Ja! Más allá de esta apostilla de humor negro, ningún vicepresidente destrató tanto a un presidente como Cobos. Es el campeón mundial del mundo en destrato a su presidente, para decirlo a lo Lalo Mir. Es la historia de los Estados Unidos, de unas doscientas veces que un vice desempató en el Senado, el cien por ciento de las veces fue a favor del Ejecutivo. Y aquí en Argentina una decena de veces, también el cien por ciento a favor del ejecutivo que representa. Cobos abrió una nueva categoría política: te destrato para que después te acusen de maltratarme.

Afirmación 14: Ningún presidente echó de manera tan destemplada al jefe del Banco Central porque éste se hubiera negado a convertir las reservas nacionales en una cuenta corriente a nombre del matrimonio gobernante. Definir al Fondo del Bicentenario como una “cuenta corriente a nombre del matrimonio gobernante” es una prueba inequívoca de redonda mala leche. Ni siquiera como metáfora vale, ya que con su afirmación, don Morales Solá deja afuera a los gobernadores.

Los Kirchner dicen que Julio Cobos, vicepresidente y líder opositor, es una situación extraña en la política. Algo de eso es cierto. El centro del problema consiste, sin embargo, en que la pareja gobernante no entendió nunca que Cobos era un aliado y no un soldado; menos comprendió que todas las personas cuentan con el derecho a tener una opinión propia. ¿Hubo algún intento amable de reconciliación con el vicepresidente por parte de los Kirchner? No. ¿Existió algún gesto para atraerlo sin sermones ni empellones? Tampoco.


Afirmación 15: Cobos es un aliado, no un soldado. ¡Exacto!. Si hubiese sido un soldado, habría sido fusilado. Pero como era un aliado, ahora es un ex aliado que defeccionó. Como decía mi tía Carlota: amable las pelotas.

Afirmación 16. Toda persona cuenta con el derecho a tener una opinión propia. ¡Exacto! Igual Prat-Gay, pero a pesar de que su opinión propia respecto a Pérez es harto conocida, el tipo votó en la Bicameral tal como lo mandó su jefa Elisa Carrió, en contra del gobierno. O sea, Prat Gay tendrá que meterse la opinión propia en el bolsillo trasero del pantalón, porque esto es política, no cátedra de blablablismo.

El peor error político del matrimonio en su mala hora es la obstinación en transformar en mártires del antikirchnerismo a quienes pastaron y progresaron en sus praderas otrora fértiles. Martín Redrado no es un santo de la resistencia; por el contrario, debió tener en su momento más rigor económico que cintura política para administrar el Banco Central. Pero fijó un límite. ¿Cómo negarle ahora que contribuyó en las semanas recientes a instalar una idea de la vital independencia de la autoridad monetaria y a preservar las reservas nacionales de la necesidad política de los que mandan? Esos casos de antiguos aliados devenidos en populares opositores actuales son sólo ejemplos iridiscentes de muchos otros.


Afirmación 17: El peor error del kirchnerismo en su mala hora es fabricar mártires antiK. Los mártires surgen, en efecto, pero lo que ignora el señor Morales es que el mercado de quienes reciben a los mártires con los brazos abiertos ya está colmado. No crece. Aumentan los mártires, pero no el colectivo que los recibe. El colectivo que crece, vea usted, es el otro, el que califica duramente a los mártires y sus aliados.

Afirmación 18: la independencia del Banco Central es vital. Es tema de debate. Las famosas medias bibliotecas. Así que la tan meneada independencia es tan vital como prescindible, según quién sea el que lo diga o el que comande.

Ni aun la probable recuperación económica de 2010 podría traerles buenas noticias políticas a los Kirchner. Toda reactivación comienza por beneficiar a los sectores medios y altos de la sociedad (donde está el más grande y tenaz foco de oposición al kirchnerismo), mientras los sectores bajos seguirán sufriendo, como todos los argentinos pero con más furia, los estragos de la inflación. Inflación, imprevisibilidad sobre las cuestiones más elementales de la vida cotidiana y desorden del espacio público son los condimentos de una sociedad que ha perdido cualquier noción de la calidad de vida. Los enredos de la lejana política le son directamente indescifrables.


Afirmación 19: Ni la recuperación salvará a los K ya que los beneficiados con ella son los sectores que no los quieren. Bueno: esperemos a que la recuperación suceda y luego veremos a quiénes benefició y qué dicen los beneficiados. Falta mucho.

Oportunidades

El kirchnerismo es la prueba práctica de que algunos países no pierden nunca la oportunidad de perder una oportunidad. No quedó nada del período de mayor bonanza económica desde la década del 40, que cubrió gran parte de los cuatro años de Néstor Kirchner. La Argentina es uno de los países latinoamericanos cuya economía cayó más durante 2009 (mucho más que Brasil y Chile) y los Kirchner sólo dan manotazos a recursos ajenos desde que comenzó la retracción mundial. Estatización de fondos de pensión, confiscatorias retenciones agropecuarias, sustracción de las reservas nacionales, divagaciones para apropiarse de la renta petrolera y de la liquidez de los bancos constituyen ahora la política para restablecer falsamente aquella época de bonanza.


Afirmación 20. Los Kirchner sólo dan manotazos a recursos ajenos. Recuperación de los aportes previsionales de los trabajadores para el Estado es una ley nacional que pasó por el Congreso. Las retenciones agropecuarias (que dicho sea al pasar son de antes del efecto jazz) son producto de la ley y no ha sido declarada confiscatoria por nadie hasta ahora. La utilización de las reservas nacionales las discutirá el Congreso próximamente y se harán con ellas lo que el Congreso dictamimen. Dicho sea al pasar, la elección de un verbo polisémico como sustraer no es de buen gusto tratándose de decisiones soberanas de un gobierno democrático. En cuanto a las divagaciones para el futuro... ¡Ah! Tantos tenemos tantas... Hasta hay divagaciones golpistas, mire.

A Cristina Kirchner le quedan casi dos años de mandato. Será un período difícil y demasiado arduo si no cambiaran las personas del gabinete, los modos de gobernar y el sistema de toma de decisiones. Aníbal Fernández no pudo cumplir con ninguna de las promesas que hizo cuando llegó. Se limitó a ser lo que ya era antes de ser jefe de Gabinete: un vocero atrevido e irreverente de las peores políticas oficiales. Amado Boudou comprobó que el sentido común y la férrea disciplina hacia los Kirchner son una contradicción. Se quedó con la disciplina y es ahora un ministro desgastado. Jorge Taiana sólo barnizó de grisura la inexistente política exterior. Ellos son sólo los casos más pintorescos de un gabinete que íntegramente perdió músculos y nervios.


Consejo 1: Cristina Fernández debe cambiar el gabinete, los modos de gobernar y el sistema de toma de decisiones. Sobre todo a Aníbal Fernández, Amado Boudou y Jorge Taiana. ¿Por qué? Porque son los más pintorescos.

La propia oposición no podrá resignarse por mucho más tiempo a la opción entre lo malo y lo peor en la que la colocó el kirchnerismo: o es desestabilizadora para el Gobierno, si ejerce con plenitud su función, o es impotente ante los ojos de la sociedad, si no lo hace. En ese contexto de inopias y desolaciones, el Gobierno debe apagar aún el inservible fuego de bosque que encendió cuando el verano ya ardía.

Silogismo. Este sí que es un silogismo exquisito de don Joaquín Morales Solá. Veamos. Premisa uno: La sociedad tiene a la oposición por impotente si no cumple su función en plenitud. Premisa dos: La sociedad reputa que la oposición cumple su función en plenitud si y solo si el gobierno la reputa desestabilizadora. Conclusión: La oposición debe ejercer su función con plenitud esforzándose para que el gobierno la repute desestabilizadora. Cuanto más desestabilizadora, mejor.


Alfredo Arri.
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