martes, 2 de febrero de 2010

La yegua



Apostillas de la política nacional.

La yegua.

Leo en Contraeditorial de enero una extensa entrevista que la revista le hace a José Pablo Feinmann. La entrevista en sí misma, los conceptos políticos vertidos en ella, así como el tema de las polémicas desatadas por la dureza con que J. P. Feinmann trató a los autores anti K de best sellers, se tratan en otra entrada de este blog. En ésta, simplemente quise aislar algunos conceptos alrededor de la figura misma de Cristina Fernández.

¿Percibió cómo se extendió el mote de "La yegua"?

Son los mismos insultos que se usaban contra Evita, es notable. Se ve un machismo asqueante en los tipos y en las minas. Me llegan chismes de peluquería, el gorilismo de las peluquerías es el peor. Las minas dicen cosas terribles de Cristina. Es machismo puro. Imaginate que odiás a alguien y sin embargo le tenés ganas. Cuando sale bien en la foto, y generalmente sale bien, te gusta, pero no te tiene que gustar porque la odiás. Entonces eso produce una cosa que se les revuelve por dentro. Los que más los agrede es que una mina sea inteligente, es el presidente que mejor ha pensado en sus discursos, que mejor ha dominado la exposición de un discurso, con la excepción de Perón.

Y en un momento anterior de la misma entrevista, expresó:

... en este momento estoy apoyando a Cristina más que a Néstor. Cristina me gusta mucho. Piensa bien, dice sus discursos maravillosamente y eso no es un dato secundario. Son signos muy grandes de inteligencia. Si escuchás hablar a Cobos, a Macri, a De Narváez, ninguno de ellos le llega al primer taquito a Cristina. Es una mina inteligente que piensa, que tiene cultura, que es un cuadro político desde hace muchos años.

Y sobre el final de la entrevista expresa, dándole la frase para el título de la nota:

Estos últimos años de Cristina fueron brillantes.

fuente: Contraeditorial, enero 2010, pg. 11/13

Sin dejar de reconocer el carácter provocador de la retórica empleada por Feinmann en la entrevista mencionada, no puedo menos que adherir a los conceptos reproducidos aquí.

Pero...
(¿por qué no un poco de humor?)

Claro que, en mi condición de blogger el tema es delicado, dado que es ya célebre -al menos entre los bloggers- otra afirmación provocadora de José Pablo Feinmann: "Cualquier boludo tiene un blog".

El carácter de delicado del tema surge de un razonamiento elemental: si todas las afirmaciones de José Pablo Feinamann son verdaderas, entonces es verdadero que quien las reproduce en un blog es un boludo que es tal por el solo hecho de tener un blog. De este modo, cualquier otro boludo, pero de la categoría de los boludos que no tienen blog- podría eludir la discusión del contenido de las afirmaciones de Feinamann acerca de Cristina (a las que adhiero) con el fácil recurso: Vea: cómo será de boludez que los boludos las reproducen en sus blogs.

Pero este prurito se supera fácilmente: Es un dato de la observación que sobreabundan los boludos que tienen blogs antiK, desde los cuales se regodean -como boludos consumados- con el jueguito de la yegua y don Louis Vuitton. Esto significa, ni más ni menos, que los boludos del mundo -los de la categoría bloggers incluido en el Gran Universo de los Boludos- estamos divididos en dos campos: los que adherimos a Cristina Fernández y los otros. Si a esto le añadimos que esa división se observa en todos los colectivos sociales sin excepción, más allá de los boludos (con blog o sin blog), entonces queda cerrada la posibilidad de aquél recurso elusivo fácil.

Los boludos que tenemos blogs no nos diferenciamos -en esto de adherir o no al gobierno de Cristina Fernández- del resto de la sociedad. Por lo tanto: todo aquél que pretenda invalidar los juicios de valor que Feinamann hace sobre Cristina y que este blogger reproduce porque adhiere a ellos, tendrá que funtamentarlo con argumentos de peso. ¿Or not?

A ver, espero argumentos: ¿Pueden Macri, Cobos o De Narváez, en un torneo individual de inteligencia y capacidad política llegar a la altura de las suelas de los caros zapatos de Cristina? ¿Y si se presentaran los tres juntos en ese torneo para competir con ella? ¿Llegarían en ese caso a superar la altura de la suela de los zapatos de la Presidenta?

En uno de los vulgares blogs Louis Vuitton que existen para alimentar el tiramerdi antiK, alguna vez dejé este comentario: Linda, con poder, inteligente, culta, elegante, corajuda, independiente y además bancada a muerte por un marido que, para colmo, es el de toda la vida... es demasiado insoportable para tanta frustrada que sobreabunda en estos pagos porteños de clases medias empobrecidas y envilecidas. Demasiado insoportable. Duele.

Afortunadamente, esa categoría de mujeres son minoría en la patria.


Alfredo Arri.


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