lunes, 10 de mayo de 2010

Mauricio Macri y las escuchas.

Bitácora del ciudadano de a pie.

Mauricio Macri y las escuchas.
Lo principal y lo accesorio.


Seré directo: el escándalo de las escuchas que investiga el juez Oyarbide y que tiene a Jorge El Fino Palacios y Ciro James como detenidos procesados tiene sus aristas políticas, ya que la fechoría alcanza a tocar al mismísimo jefe de la CABA, Mauricio Macri. Pero toda la discusión pública alrededor de este tema se centra en ese aspecto, el político, cuando en realidad el hecho más grave es la de la implicación de ciudadanos cívicamente impolutos en causas judiciales penales con el único propósito de obtener escuchas telefónicas que, eventualmente, podrían ser utilizadas judicialmente en otros procesos. Una verdadera inmoralidad. Ciudadanos conspicuos, tales como la víctima de un atentado criminal Sergio Burstein; o como el empresario Carlos Ávila; o como el abogado Castex. Y de ciudadanos no tan conspicuos pero tan inocentes y desavisados como aquellos, como por ejemplo el cuñado de Mauricio Macri, Néstor Leonardo. ¿Puede alguien considerar siquiera por un instante algo más grave que esto?

Por supuesto que lo político está presente. Mauricio Macri es nada menos que el jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y aspira a la primera magistratura. Su caída a causa de este escándalo será celebrada por muchos opositores. Elisa Carrió, por ejemplo, comenzó a aprovecharse de la situación del hombre del Pro. Pero eso no es el tema. Esto es absolutamente secundario. El tema que produce miedo al ciudadano común es el otro: es saber que cualquier juez puede involucrar a un ciudadano inocente en una causa penal -que para un ciudadano honesto es siempre grave, deshonroso, vergonzoso, estigmatizador- nada más que para hacer el favor a alguien, sea éste político, empresario, cumpa o simplemente amigote.

A mí me interesa más el esclarecimiento del caso por el tema de los jueces misioneros José Luis Rey y Horacio Gallardo. ¿A quién se vieron obligados a favorecer con esas maniobras? Ése es el tema central de este caso. Establecer el mecanismo por el cual el agente Ciro James recaló en Misiones para llevar a cabo estas maniobras, y el porqué del favor de estos jueces es el tema prioritario.

Lo demás, francamente, es secundario. No lo es políticamente, es verdad. Pero en este tipo de delitos, lo político no es lo principal. El ciudadano de a pie tiene derecho a preguntarse: ¿Habrá más de estos jueces de sí fácil en Misiones, o en otras provincias, o en Capital? ¿Existirán más ciudadanos implicados en causas penales sin comerla ni beberla, nada más que por la codicia dineraria de alguien con suficiente poder como para llevar a cabo tales emprendimientos?

El destino político de Mauricio Macri poco importa en este caso. En lo personal, soy de los que piensan que no tiene destino alguno dada su incapacidad, no sólo para gobernar, sino ni siquiera para moverse en política. Y si por una de esas cosas absurdas que tiene la política en estos tiempos de carreras políticas mediáticas alcanzara alguna vez el poder en el ámbito nacional, le sucederá inevitablemente lo que ya le ocurrió en la ciudad: demostrará su falta de idoneidad para ejercer el cargo.


Alfredo Arri.

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