Un completo informe de la política internacional del presente, por Marcelo Cantelmi, de Clarin.
La situación política internacional hoy. La zigzagueante política exterior de Estados Unidos y los riesgos de conflictos en medio de una criris económica sin precedentes.
El visitante a este blog que quiera leer un informe de la situación política internacional en los términos del periodismo tradicional, tiene la muy buena columna que con la firma de Marcelo Cantelmi y el título de Líderes desorientados, conflictos descontrolados, publica hoy Clarín.
Retomando las mejores tradiciones del periodismo argentino, arrojadas por la borda en muchos casos, en estos últimos tiempos, a causa de un conflicto de intereses, esta columna de Clarín queda fuera de toda esa basura y merece toda la recomendación de este blogger.
La reproduzco en su totalidad, ya que su lectura directa en Clarín tiene el inconveniente de esa presencia molesta de las tradicionales negritas en los textos, que tanto entorpecen la lectura.
Retomando las mejores tradiciones del periodismo argentino, arrojadas por la borda en muchos casos, en estos últimos tiempos, a causa de un conflicto de intereses, esta columna de Clarín queda fuera de toda esa basura y merece toda la recomendación de este blogger.
La reproduzco en su totalidad, ya que su lectura directa en Clarín tiene el inconveniente de esa presencia molesta de las tradicionales negritas en los textos, que tanto entorpecen la lectura.
Líderes desorientados, conflictos descontrolados.por Marcelo Cantelmi. Clarín, 2010.
El mundo parece tomar la forma antipática de un laberinto. De un momento al otro ha aumentado el peligro de una guerra en la península coreana sin que se entienda bien qué ha ocurrido allí; y se ha descompuesto un poco más, cerca ya de lo imprevisible, el contencioso con Irán entre las idas y vueltas de la Casa Blanca y el mareo de sus socios que no entienden de qué va ese galimatías. Esos dos frentes conforman una dimensión no necesariamente nueva, hay huellas que pueden ser rastreadas en los orígenes de estas contradicciones. Pero lo que se agrega en este presente es el balbuceo y desorientación de los liderazgos globales , una característica que viene acompañando, quizá inevitablemente, la crisis financiera mundial.
El choque entre las dos Coreas, países en un inestable cese del fuego desde julio del ‘53 cuando se paró uno de los conflictos más arduos de la Guerra Fría, se originó esta vez en un confuso episodio saldado con el naufragio en marzo último de la corbeta militar sudcoreana Cheonan y la muerte de 46 de sus tripulantes.
El gobierno del presidente derechista Lee Myung-bak difundió evidencias de que ese barco fue destruido por un torpedo lanzado por el extravagante gobierno dinástico comunista de sus vecinos del norte. Esa declaración armó inmediatamente un casus belli con el nivel más alto de colisión desde aquella confrontación de mitad de siglo Pero una guerra ahí sería hoy mucho más que un infierno. Hasta George Bush, para quien la prudencia siempre fue un enigma indescifrable, tuvo que detenerse en ese límite. El régimen de Kim Jong-Il, el líder de la Corea comunista, desaparecería si hubiera tal escalada militar, pero el daño que causaría antes del final sería devastador.
Ese pequeño país tiene el quinto ejército del planeta, con más de un millón y medio de efectivos alistados y otros cuatro millones en la reserva. Y ha desplegado once mil misileras que destruirían el sur coreano y llegarían a Japón. Norcorea contaría, además, con armas nucleares , tecnología que obtuvo de un aliado “todo uso” de EE.UU.: Pakistán, la potencia atómica islámica de Asia.
Pero volvamos al incidente. Norcorea niega haber destruido el barco. China, que es el principal aliado de Pyongyang (invirtió este año US$ 10.000 millones, algo así como 70% del PBI de esa nación maltrecha ) y es a la vez el mayor socio comercial de Seúl, calificó el episodio como desafortunado y se negó a avalar las acusaciones aunque apenas pudo disimular su incomodidad. Este caso y el de Irán, otro aliado de Beijing, son ejemplos de los límites que enfrenta ya la diplomacia “distante” y pragmática de China.
La negativa de Pyongyang tiene mínimo valor en un régimen que ha hecho de la extorsión un recurso estratégico . Pero es cierto que este episodio no sólo alza voces ofendidas y es eso lo que observa Beijing. En principio le servirá al presidente sudcoreano para distraer la atención de los problemas de desempleo y caída de la calidad de vida que prometió resolver en la campaña que lo llevó al poder en 2008. El tema es clave porque el mes que viene hay elecciones de alcaldes y legislativas que con un escenario diferente dejarían en derrota al gobierno. El premier japonés Yukio Hatoyama es otro que también cree que puede caminar sobre el filo de este cuchillo sin cortarse. Presionado por EE.UU. y en sentido contrario por sus electores, acaba de violar su promesa de campaña de eliminar la controvertida base militar norteamericana de Okinawa con el fantasma del “peligro” coreano.
En cuanto a Lee, al revés de la mayoría de sus antecesores, viene de cancelar el plan de asistencia en energía y víveres para los norcoreanos debido a que no destruyeron su estructura nuclear. Pyongyang siempre ha duplicado la apuesta cada vez que lo desafían con esos cortes. La tragedia del Cheonan, el último de una serie de incidentes navales tras los de 1999 y 2002, puede ser parte de ese plan. EE.UU., que debería prevenir que un cascote no se convierta en alud (¿que otra cosa son los insólitos vínculos paquistano-norcoreanos; o las presiones de Lee sin plan B sobre la dictadura de Pyongyang?), agregó pólvora a este barril organizando ejercicio militares binacionales que llevaron a un cruce de discursos encendidos entre todas las capitales sin que se sepa qué hará la Casa Blanca si se suelta esta espoleta.
Barack Obama, afecto a una política internacional zigzagueante, por decir lo menos, provoca ese y otros interrogantes. El presidente de EE.UU. suele atender estos problemas endureciendo la retórica al comienzo para ablandarse luego cuando las circunstancias y el conflicto, que no ha sido suturado a tiempo, ya no le permiten avanzar. Esa ambigüedad se vio con el golpe en Honduras que condenó pero luego amparó; con la ofensiva sobre China para que revalúe el yuan y comparta sus mercados y que se esterilizó sin obtener nada de Beijing. Y, claramente, con Oriente Medio, escenario que el norteamericano prometió serenar frenando la irresponsable colonización israelí de los territorios palestinos, algo que no sólo no se ha cumplido, sino que se ha acelerado, atorando cualquier posibilidad de salida a esa crisis histórica.
Ese estilo sobrevuela el nuevo capítulo de la crisis con Irán. EE.UU. acaba de desautorizar de la peor forma la gestión del presidente brasileño Lula da Silva y el premier turco Tayyip Erdogan para que el país persa enriquezca uranio en el exterior y amplifique la supervisión de la agencia nuclear de la ONU. Aunque el régimen iraní puede ser tan imprevisible y avieso como el norcoreano, Brasilia tiene una carta de Obama en la que el jefe de la Casa Blanca reivindica que ese acuerdo, “reduciría las tensiones regionales”. Difícilmente se podía haber creído que lo del brasileño era un paso alocado sin supervisión de EE.UU. Pero esta semana la canciller Hillary Clinton sugirió que lo que emprendió Lula “hace del mundo un lugar más peligroso”. Las razones para ese cambio son múltiples y, sin dudas, todas domésticas.
Es un doble mal trago para el gobernante sudamericano que tiene elecciones en octubre y sabe que esto alimentará a la oposición. Brasil, que no hizo más que seguir instrucciones, tiene tanto derecho al desconcierto como las otras víctimas de este estilo que los críticos de Obama califican como “flip-flop”, o eso de decir una cosa, hacer otra, o ambas o ninguna.
fuente: Marcelo Cantelmi. Lideres desorientados, conflictos descontrolados. Clarín, sábado 29 de mayo de 2010. Link:
http://www.clarin.com/opinion/Lideres-desorientados-conflictos-descontrolados_0_270572989.html
o0o
siempre claro Cantelmi, el uso atinado de metáforas, estudioso impecable de la política internacional. Este artículo deja en evidencia el nivel de profundidad de análisis, las variables múltiples con las que construye sus notas de opinión
ResponderEliminarGracias, Sandra, por tu visita al blog y dejar tu comentario en él.
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