Bitácora del ciudadano de a pie. Apostillas. Crítica de medios.
Morales Solá, Adrián Ventura,
Julio Saguier, los Mitre y los Noble.
Julio Saguier, los Mitre y los Noble.
Una interrogación inquietante.
De la columna de Joaquin Morales Solá de hoy, podría uno decir muchas cosas. Pero como en realidad la mayoría de las sentencias que lanza hoy el escribidor estrella de La Nación no son más que más de lo mismo, me centraré en un tema en particular que, además de ser más de lo mismo, me ha despertado la curiosidad por las razones que se desarrollará en esta entrada.
Al final de su columna, Joaquín Morales Solá tecleó:
Los Kirchner no hablan del futuro. No existió el porvenir en ninguna expresión del Bicentenario. Su pelea permanente es con la historia en un incesante combate cultural. Luchan por instalar una visión ideológica de las luchas armadas de los años 70, por el predominio de políticas económicas de los años 50 y, ahora, por ganarle la batalla al Centenario de 1910.
En ese contexto de un pasado omnipresente debe incluirse el proceso judicial de ultraje y vejación que sufrieron los jóvenes Herrera Noble, hijos de la directora de Clarín. Aun cuando fueran víctimas de las violaciones de los derechos humanos en los 70 (lo que no está probado), ¿por qué los sometieron a un proceso de acoso y persecución propio de victimarios? ¿Por qué la humillación humana a personas que no hicieron nada?
El derecho a la verdad del pasado, que existe, no es más importante que el derecho a la intimidad de las personas en el presente, que también existe. La Justicia no está habilitada, además, para ordenar la cacería y el maltrato de ningún argentino inocente.
fuente: Historia de cinismos y persecuciones. J.M.Solá La Nación.
¿Por qué estos conceptos de Morales Solá han despertado mi curiosidad, siendo, como son, más de lo mismo? Porque están en curiosa correspondencia con el tono de un artículo sobre el tema que la propia La Nación decidió eliminar. En efecto, tal como se señaló en este blog en una entrada reciente, lanacion.com decidió dar de baja a una nota publicada en su pagina web. La misma estaba firmada por Adrián Ventura y contenía un notorio exceso de términos duros: vejación, humillación, persecución policial, etc. Morales Solá repite en su columna esas expresiones -ultraje y vejación- y condena al sistema de administración de justicia, ámbito en el cual mete conceptos tales como cacería y maltrato.
Ahora bien. ¿Cómo interpretar esta replicación que Morales Solá hizo en su columna de un texto reprobado por sus jefes? ¿Como una muestra de "solidaridad" del periodista estrella de La Nación para con el desautorizado Adrián Ventura? ¿Como una contraorden?
No lo sé, por supuesto. Pero dejo planteadas las interrogaciones. No deja de ser algo inquietante la sospecha de que Joaquín Morales Solá podría tener más peso a la hora de tomar decisiones acerca de qué se publica o no en La Nación que el que podría tener, por ejemplo, don Julio Saguier.
Y ya que estamos: Joaquín Morales Solá: ¿Qué tal si mencionamos, ya que hablamos de la persecución judicial a ciudadanos inocentes, a Burstein, Avila, Castex, Leonardo y otros?
Alfredo Arri
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