jueves, 1 de abril de 2010

El País de España y sus análisis de la política argentina.

Lengua a la boludeta. Las palabras y las cosas.

La corresponsal de El País en Buenos Aires,
¿no estaría abusando del copy & paste?


La plumífera empleada que El País tiene en Buenos Aires, Soledad Gallego-Díaz, escribió en su nota de hoy este bonito párrafo:

La victoria de los Kirchner pone en cualquier caso de manifiesto la ineficacia de la oposición, que alcanzó la mayoría parlamentaria en las pasadas elecciones de junio, pero que ha sido incapaz, por el momento, de frenar las iniciativas oficialistas, debido a su fragmentación y falta de coordinación.

fuente: El País. Los Kirchner sobreviven...



La larga y desordenada oración contiene estos dos juicios:

El primero: La oposición alcanzó la mayoría parlamentaria en las elecciones de junio, pero está fragmentada y carece de coordinación.

La corresponsal española adhiere automáticamente a esa creación mediática local del sujeto oposición como uno de existencia real. Si este sujeto tuviese existencia real, concreta, entonces sería absolutamente incomprensible la denunciada fragmentación y ausencia de coordinación. Sería algo así como el partido de los estúpidos, o de los suicidas.

Pero el hecho cierto, real y concreto es que no existe tal sujeto la oposición. El Parlamento surgido en las elecciones del 28 de junio está compuesto por una primera minoría, que es el partido gobernante, y por diversas minorías variopintas, cada una de ellas con sus respectivos liderazgos. Cada una de estas fuerzas sí son sujetos reales, a tal punto que tienen -como suele suceder con los sujetos concretos- nombres propios: UCR, CC, Socialismo santafesino, peronismo adjetivado, etc.

Es verdad que algunos de estos sujetos sí son partidos bobos, ya que ni siquiera pueden coordinar acciones entre sus propios miembros. Pero, en general, lo que existe -en conjunto- son diversos grupos, facciones, o partidos opositores que tienen sus respectivos liderazgos y sus profundas contradicciones entre sí. Esperar que haya coordinación entre ellos es francamente un despropósito, sostenido sólo a partir de esa entelequia creada por los medios, llamada la oposición.

El segundo: Cristina Fernández sale airosa, pero no por mérito propio sino porque la oposición es ineficaz.

Este segundo juicio explica la insistencia en sostener la abstracción discursiva la oposición y adjudicarle la condición de ineficaz en cada ocasión en que es superada por la acción del oficialismo; o reputarla como patriótica, republicana y democrática cuando logra frenar la acción del oficialismo. Sería algo así como el Frente para la República y la Patria si producen los resultados que los hacedores de relatos mediáticos pautan; o -con toda la impiedad de la que son capaces estos tipos-, una manga de inútiles cuando no hacen las cosas bien.

Como semejante sujeto abstracto, dada su condición de abstracción, de entelequia, no puede hacer las cosas bien sino en contadas ocasiones en las que obra la casualidad (o el odio), entonces, los verdaderos dueños del poder económico y mediático, utilizan esa ineficiencia ontológica como excusa para meter esta idea morigeradora de la calidad del Gobierno: en el país de los ciegos el tuerto es rey.

Y lo cierto y real es que el gobierno está haciendo las cosas bien. Tiene un plan de gobierno perfectamente definido y coherente, lo impone porque tiene la fuerza para gobernar aun en contra de las corporaciones, y sigue adelante. La ciudadanía lo empezó a valorar positivamente. Y esto último es lo que enerva a los hacedores de relatos mediáticos y los obliga a insistir en eso de La Oposición.

Ahora bien: vale esta pregunta: ¿Para qué esta española de paso en Buenos Aires adhiere al coro de la prensa local a la hora de mandar sus crónicas a España? ¿Mera solidaridad de clase? ¿No tendría que tener un poco más de respeto para con sus lectores y compatriotas de España y elaborar análisis propios?

La verdad es que no se me ocurren más que dos respuestas para esas preguntas: O bien Soledad Gallego-Díaz se la pasa de shopping todo el día en Buenos Aires y le da como loca al copy and paste; o bien escribe para los lectores argentinos.*

Otros artículos de ella que leí con anterioridad al citado aquí me hacen pensar que la primera respuesta es la correcta. Pero al ver la reunión de gilipollas argentos que van a dejar sus comentarios goriloides al pie del diario español en su versión on line, me permiten creer, también, que escribe un poco para nuestra parroquia aborígen.

Habría que avisarle a doña Sole que de esos clientes parroquiales quedan cada vez menos en estos pagos sudamericanos, gracias a Dios.

Alfredo Arri.

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* Edición posterior: A las 11:30 de la mañana de hoy 1 de abril, lanación.com tomó la nota de El País, con lo cual refuerza la idea de que la señorita Soledad Gallego-Díaz escribe, no para sus compatriotas, sino para la parroquia local. No habría tanto copiar y pegar como lisa y llana complicidad.



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