martes, 13 de abril de 2010

Cómo consiguió Cristina su entrevista con Obama.

Humor político. Lengua a la boludeta.

Secretitos en Washington DC.
El porqué Obama recibe a Cristina Fernández.


Pocos conocen la verdadera causa por la cual Obama se entrevistará con Cristina Fernández, llevando a cabo así la primera reunión oficial entre ambos mandatarios.
Como se sabe, y como fue ampliamente difundido por Clarín, La Nación, Perfil y Crítica de la Argentina, no estaba en los planes de Obama recibir a Cristina Fernández. Pero al final tuvo que acceder. ¿La razón? Pocos la conocen:

Tal como lo relató ayer en La Nación la enviada especial Mariana Verón -cuya exquisita, royal y marolia crónica destila vaciedades hasta en las comas- los agentes del Servicio Secreto fueron los responsables de esa entrevista. En efecto, tal como relató la cronista del benemérito diario argento, Cristina Fernández y su comitiva se dieron a la tarea de recorrer todo Washington a patacón por cuadra, lo cual produjo un serio inconveniente en los servicios de seguridad.

Dice en su vómito de vaciedades la enviada Verón (¿tendrá algo que ver con La Brujita?):
El personal del Servicio Secreto, a cargo de una parte de la custodia de la Presidenta, hizo malabares montado en bicicleta para cortar las calles por donde paseaba el matrimonio, dos anónimos en las calles de la capital norteamericana.

fuente: Los Kirchner, con más relax....

Justificar a ambos lados
Como resultas de esta tarea y a pedido de su tropa, el jefe del Servicio Secreto le pegó un tubazo al Number One para rogarle que atienda a esa presidenta sudamericana que es la vergüenza de los oligárquicos liberales nacionales, ya que corría el peligro de perder buena parte de sus hombres tras la fatigosa jornada. Estamos entrenados para recibir balazos, señor Presidente, pero no para competir en la vuelta de los seis días.

Atento al pedido, aunque a regañadientes, Barack Obama finalmente accedió al pedido de su subalterno. Okay -respondió Obama- I'll do it; but call to La Nación, okay? Yes, Mr. President, fue la respuesta del jefe de los agentes.

He leído boludeces inspiradas en la mala leche en mi vida, pero como ésta de la periodista de La Nación, pocas. Está bien que escribe para la parroquia, pero... no dejan de ser boludeces. Y para colmo, impresas.



Un agente encargado de la custodia de Cristina otea el Potomac

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