martes, 27 de abril de 2010

Reynaldo Sietecase despedido de varios medios.

Libertad de empresa y libertad de prensa.

Reynaldo Sietecase cuenta en su blog su desvinculación de las empresas de Vila-Manzano y de América.

La entrada en el blog de Reynaldo Sietecase tiene ya varios días, pero no ha perdido actualidad. El origen de la entrada publicada en 7kc el 11 de abril último fue denunciar que un texto que circula en internet con su firma es falso. Luego, al leer los comentarios, el lector del blog se enteró por parte del autor del blog que ese texto pertenecía a otro periodista de Crítica. O sea, lo que fue denunciado como falso terminó siendo un texto verdadero pero mal adjudicado. Más allá de esto que es anecdótico (aunque reafirma la prudencia que hay que pelar a la hora de citar textos que circulan en la red), recojo aquí estos párrafos de la entrada firmada por Reynaldo Sietecase y que da conocimiento de su desvinculación de los medios en los que laboraba.

Dice Sietecase:

Es público que acompaño y comparto la lucha de los trabajadores del diaro La Capital, LT8 y LT3, como en general acompaño las luchas de todos los trabajadores por una vida más digna. Pero el texto que circula en internet (no voy a reproducirlo aquí para no seguir haciendo el juego a los turros que lo escribieron) es una falacia.

Debo aclarar también que el grupo Uno decidió mi desvinculación de LT8, después de veinte años de trabajo -ingresé en 1989-, apenas unas semanas antes del conflicto actual. Por otro lado, el grupo América también levantó del aire sin explicación los programas Tres Poderes y Lado Salvaje. Nuestras especulaciones van desde la entrevista que le hicimos a Francisco De Narváez cuando estaba en campaña hasta nuestra decisión de tratar la Ley de Medios Audiovisuales con profesionalismo, es decir como periodistas y no como soldados de ninguna causa.

fuente: reynaldosietecase.com.ar

Curioso. No hay censura, no hay represalia, no hay nada condenable en este caso; nada que amerite que los periodistas salgan en defensa de sus colegas despedidos. Se trata de la famosa y sacrosanta libertad de empresa, claro. Distinto fue el caso de Pepe Eliaschev, quien al ser despedido de un canal oficial, eso le otorgó el derecho de despotricar contra el Cosmos y lloriquear durante años.

Si esta mecánica periodista-medio-libertad-de fuese tan simple, sería todo muy sencillo a la hora de opinar sobre medios y empresas. Pero está el caso de Nelson Castro, ¿recuerda usted, amigo lector? En ese caso, de una empresa privada que rescindió contrato, sí hubo censura y sí hubo la defensa corporativa de sus colegas. ¡Y cuánta!

Es todo tan obvio, que, como dice la Negra, no sé cómo puede haber tanto boludo que todavía no se da cuenta del manejo de la prensa monopólica.

Son de manual.

o0o

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