jueves, 1 de abril de 2010

Marcial Maciel y el comunicado de la Orden que fundó.


Leyendo los diarios. La Iglesia y sus pederastas.


Marcial Maciel, uno de los tantos curas pederastas.



Con la firma de Raymundo Riva Palacio, director del portal ejecentral.com.mx, y con el título de El capellán de los ricos, se publicó en El País de ayer un artículo alrededor de la figura de Marcial Maciel, fundador de la Orden de los Legionarios de Cristo, acusado de pederasta y protegido por la élite mexicana durante décadas. La Orden se desliga ahora de su fundador, manifestando muestras de consternación ante las evidencias de la doble vida del fundador de la Orden. ¿Tarde piaste? De ninguna manera: la Orden puede desprenderse de su fundador, pero no de los miles de millones que el mismo fundador recogió durante medio siglo de acción pastoral entre los poderosos.

El autor de la semblanza de este personaje siniestro de la Iglesia escribe párrafos como estos:

Con más de una década de retraso, llegó la disculpa de la orden de los Legionarios de Cristo a los mexicanos, tras admitir que su fundador Marcial Maciel sí era lo que por años se denunció -un pederasta- y, todavía peor, que vivió una triple vida como sacerdote católico y polígamo. "Estamos profundamente consternados y tenemos que reconocer que son ciertas las acusaciones contra el padre Maciel", dijeron en un comunicado hace unos días, "por lo que no podemos mirar a su persona como modelo de vida cristiana sacerdotal". Ya. La orden cremó su memoria en leña verde y, ¿todo se acabó? No es fácil borrar un largo túnel negro donde la defensa de Maciel tomó formas amenazantes, atacó los principios de libertad y provocó la furia de las clases más poderosas del país para defender a un sujeto del cual, ahora, se defienden con el silencio.

(...)

Maciel tenía defensores de varios calibres, algunos más belicosos que otros, que lo veían como su guía moral y salvador. No había lugar para detractores, a quienes trataban con peroratas y sobre quienes movilizaban todas las fuerzas del poder a su alcance para acallarlos. Así lo hicieron, en el caso más célebre, con un novel canal de televisión que difundió los testimonios de personas que en su niñez dijeron haber sido abusados sexualmente por Maciel. Buscaron desacreditarlos y al canal lo asesinaron con un boicot publicitario.

(...)

Maciel era de los suyos [los ricos y poderosos]. El padre defenestrado nunca tuvo prurito en estirar la mano y pedir dinero. Lo hizo durante décadas en el mejor espíritu de la escuela de un sistema político que operaba con trueques y privilegios. Maciel era un hombre muy poderoso. Fundó los Legionarios de Cristo en el sótano de su casa en la ciudad de México en 1941, desde donde empezó a construir un imperio. Desde la Vía Aurelia, una de las calles más viejas de Roma, levantó una orden que hoy tiene 800 sacerdotes en 18 países, 145 colegios, 21 institutos superiores y nueve universidades. Con una membresía calculada en 70 mil personas. Sus bienes se estiman en 28,000 millones de dólares, y tiene un movimiento laico, Regnum Christi, con más de 70 mil afiliados en el mundo.

Nota completa: aquí: Raymundo Riva Palacio. El capellán de los ricos. El País, 31/03/10.

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