jueves, 14 de enero de 2010

Reservas, moneda y después.

Diálogos de familia.

Reservas, moneda y después.

Como los ciudadanos de a pie, salvo honrosas (y, a veces, dudosas) excepciones, no entendemos de estos temas monetarios nada más que lo básico; y, dado que aun conspicuos intelectuales argentinos como Marcos Aguinis y Guillermo Andino suelen consultar taxistas o cuñados médicos, respectivamente, para obtener conocimiento aposta sobre alguna rama del saber en particular; así me decidí consultar a mi cuñado economista quien, a la vez, es propietario de una docena de taxis y de un local de pizza a la piedra en una esquina populosa (y popular) de la Capital.

-¿Qué hacé', Cacho? -le mandé al marido de mi hermana apenas levantó el tubo.

-Bien, Negro; ¿querés que te dé con la Gladys?

-No, Cachito, es con vos con quien quiero hablar. Quiero que me expliques cómo es eso de la moneda, del m1, del m2, de las reservas de libre disponibilidad, de la carta orgánica del Banco Central... Todo eso.

-¡Ah! La verdad que no llamaste en buen momento. Tengo como treinta y seis pizzas pendientes... me falta el Chango Ruiz, que está de vacaciones en Las Toninas, y la mitad de los motoqueros también en la Costa. Mirá cómo será que tengo que usar dos taxis para el delivery...

-Bueno: llamame cuando cierres el boliche. ¿Mi hermana bien?

-Sí, bien, bien. La gorda anda siempre pum pum para arriba.

-No le digas gorda, Cachito...

-Es cariñoso, Negro, ya sabés....

A eso de la medianoche, mi cuñado economista (recibido, eh) me llamó a casa y se despachó largo en eso de las reservas, el banco central y ya sabés qué más.

En realidad, las explicaciones que me dio -con generosidad didáctica y familiar, lo confieso- no pasaron mucho más allá de lo que uno ya sabía de haber leído al viejo Samuelson en forma más o menos intermitente, aunque sí en forma consecuente a través de los años. En la parte que debió referirse a los holdouts fue categórico: Quedate con la descripción que hizo ayer Cristina, que es la aposta. Y metete en Internet, y lee un par de notas en las url que te mando por mail. Con lo que dijo Cristina y eso alcanza.

Acepté la lección y la sugerencia. De todos modos, sí fue muy interesante escuchar de mi cuñado el econimista pizzero su propia opinión sobre este tema del día.

-Mirá, Cacho. Todo esto tiene una cara que nadie ve. Bueno, para ser honesto, que pocos ven y casi nadie dice. Tener montañas de dólares bonos del Tesoro yanqui como reservas en un banco nacional es una mala decisión y es muy probable que en algún tiempo más sea directamente un suicidio. Si yo tuviera un paco de dólares, un paco demasiado grande, ¿'tendés?, me lo gastaría en living la vida loca o, de última, lo transformo en ladrillos, o en oro. Así que si yo fuera ministro de economía, cuñado, no tengas dudas que pago toda la deuda que pueda con los dólares y bonos que tenga hoy. Además, con la tarasca en la mano negociás de ganador. Y después, le tiraría los ingresos genuinos (que los va a haber) a la negrada, tal como lo está haciendo Cris. Esto último haría que me pegaran una patada en el culo y terminaría manejando un taxi o regenteando una pizzería. Así que, como ves, yo tomé el camino directo...

-¡Ja! ¡Ja! Pero te va bien, no te quejés...

-No me quejo, Negro, pero a veces pienso en el paquete que podría haber hecho cuando trabajé ya sabés dónde y estaba relacionado ya sabés con quiénes... Hubo días que con un llamado telefónico podías llevarte una carretilla. Lo que pasa es que uno es como es, ¿viste?

-Chau, Cachito. Dale un beso a mi hermana y a los pibes de mi parte, ¿'tá?

-'Tá.

Diez minutos después recibí el mail con las url que mi cuñado me recomendó leer.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/subnotas/97905-30944-2008-01-24.html

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-97905-2008-01-24.html



Alfredo Arri.

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