La deuda sí, la deuda no, con estos diputados me junto yo.
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Éramos pocos y parió el abuelo: Apareció Fernando Solanas y dijo: ¿Pagar la deuda? ¡Minga!
No hay argentino que se repute parte del campo popular que no admita para sí que la deuda externa es, en su mayor parte, ilegítima. Y no hay argentino que se repute parte del campo popular que en el fondo de su espíritu no quiera tener el poder suficiente para repudiar la deuda, o la parte ilegítima de la deuda. Pero... people, nadie tiene por estos pagos un poder suficiente para tomar esa decisión. En Argentina, hoy, no gobierna un Correa, ni hay todo un pueblo alzado como el que apoya al verdadero Correa, al de Ecuador para poder decirle al mundo: no pagamos la deuda porque la deuda es ilegítima. En Argentina, hoy, se impone una necesidad política: ser realista.
En otras palabras: o se es revolucionario, o se es realista. El gobierno de Cristina Fernández no es revolucionario ni nada que se le parezca. El gobierno de Cristina Fernández se ha propuesto como objetivo político una meta mucho más modesta que la Revolución. Es peronista. A lo sumo, una variante centro izquierda del peronismo. Reformista, pero no revolucionaria. Y para llevar a cabo una revolución en Argentina, hoy, no hay nadie. Ni líder, ni fuerza social que lo apoye, ni conciencia de la ciudadanía para instaurar una revolución.
O sigue el kirchneriosmo con su modesta propuesta de redistribución de la riqueza -light, chirle, livianita, herbívora- o le deja paso a las alternativas políticas que hoy ofrece el mercado político. Que son: una izquierda dispersa que, sumando en conjunto no llega al 20 por ciento, y una derecha recalcitrante, retrógada, restauradora, cerril, guaranga, que mediante el rejunte recoge la mitad de la voluntad popular. El kirchnerismo, por su parte, mantiene su treinta por ciento. Que crece lentamente, pero que sigue estando en esa porción de la tercera parte.
No existen otras fuerzas políticas en Argentina hoy. Todos los políticos no kirchneristas y que no pertenecen a las fuerzas minoritarias de las diversas izquierdas, han sido cooptados -miserablemente- por las corporaciones. No hay alternativas: o el kirchnerismo con sus posibilidades de “ir por más”; o la derecha restauradora del neoliberalismo más cerril. O se consolida lo poco alcanzado para el campo popular, o se retrocede penosamente. Nadie se extrañe por esta singularidad: así suele ocurrir en momentos de crisis como la que atravesamos.
También se puede expresar esto de otro modo: toda la runfla de políticos profesionales se han rejuntado para darle el mazazo en la cabeza a la Presidenta. O se está con ella, o se está con los que portan la maza. No es momento para debatir sobre el sexo de los ángeles.
De todas maneras, no me parece negativa la actitud de Fernando Solanas: aprovecha la oportunidad para llevar agua a su molino mientra, en los hechos, objetivamente, le resta capacidad operativa a la movida de los legisladores entregados de pies y manos al poder real, a las corporaciones económicas y mediáticas, esto es, le resta capacidad de montaje a la farsa de la autoconvocatoria.
Porque nadie debe engañarse: lo desatado por el establishment es un golpe de estado al siglo XXI, un golpe blanco, o blando. Los escenarios donde estos golpes se desarrollan, como lo demuestran las experiencias de los países del Centro y del Este europeo y Honduras, son la Justicia y los parlamentos. O sea, la charada del disfraz institucional. El golpe está en marcha. Las posibilidades de éxito, por ahora, parecen lejanas porque la chispa elegida para encender el explosivo no sirvió, ya que el pueblo, en medio de una situación económica que no se puede caracterizar de mala, está ajeno a toda esta movida y lo último que le preocupa es el destino de Martín Pérez Redrado y el banco central. Pero, todo puede cambiar en cualquier momento y por cualquier motivo. Así que la decisión de Solanas es, al menos, útil. Aborta esa intentona que se pretende llevar a cabo en el Congreso mediante una llamada auto-convocatoria.
La Presidenta anunció ayer a la tarde que había decidido suspender su visita a China. La decisión no es menor. Las especulaciones acerca de los motivos pululan y seguirán pululando. Pero, en realidad hay una sola razón: Cristina Fernández es la única que puede mantener a raya a los soliviantados. Como los muy mal paridos que obedecen a las órdenes de la derecha cerril y de las corporaciones mediáticas y financieras no ceden, entonces la Jefa debe estar al frente, en el frente.
Cristina Fernánde fue explícita: no se puede ausentar diez días porque el vicepresidente no cumple con su papel institucional. El no vicepresidente replicó por carta: Déle, presi, vaya tranquila que me portaré bien. A lo sumo jugaré a las visitas. Déle, vaya a China, sea buenita. Julio César Cobos ya es indefendible. Ya no quedan voces que se alcen para defenderlo, o justificarlo. Cualquier político conspicuo que lo haga, caerá en el barranco junto con él. Se está incinerando a lo bonzo y está arrojando llamas a todo lo que tiene cerca de sí.
Distinto es lo de Pérez Redradro, porque el chico está ahí, abulonado, cumpliendo una orden y ya no tiene retorno. Cumple órdenes no sólo de los grupos de poder que lo alentaron a la insólita movida, sino además de la derecha más cerril, la derecha de la dictadura, ese pequeño grupo de nostálgicos que fue el mismo que fogoneó, año y medio atrás y en sus inicios, la guerra campestre. Así que el caso de él es distinto al de Cobos. En el caso de Redrado, está la confirmación de la presidenta de que fue echado y de que se tiene que ir, más la actitud del directorio del BCRA que lo aisló, más las denuncias penales que se le han hecho por enriquecimiento ilícito. Redrado está ahí porque cumple órdenes de personas que no les tiembla el pulso para arrojarlo a la hoguera. Ya no tiene retorno. Hasta lo hicieron callar, ya que la última vez que habló, como se dijo aquí mismo en este blog, el fulano deschavó que estaba manejado por piolines y estuvo a punto de deschavar la identidad de los titiriteros. Esa fracción de los complotados no perdonan: ya lo sacrificaron.
La otra parte de los complotados, los menos cerriles, lanzan defensas tardías. Insólitamente, Miguel Ángel Broda, en el programa de Marcelo Longobardi en C5N anoche tildó al chico de “patriota”. Como si faltara algún detalle para confirmar quién representa a quién en este juego circense y peligroso, apareció Miguel Ángel Broda y tildó de “patriota” al golden boy. Echá los fideos, vieja, que estamos todos.
El gran circo La Runfla pidió cámara hoy para que los cameramen de TN y América 24 enfocaran la firma de los contratos de la nueva estrella del circo: el Juicio Político. Elisa Carrió lanzó un fallido que no fue tal: Comenzó diciendo: presentamos el juicio político, el primer juicio político... Es decir, tienen más en carpeta. El primero es para Aníbal Fernández. El circo está en temporada alta y no reparan en gastos de contratación. Felipe Solá cumplió el papel de maestro de ceremonias, sin convicción. La pata peronista de La Runfla cumplió su rol, firmó y se fue. Patético todo el show.
Por último, un párrafo para destacar el tramo en el que la Presidenta le respondió al periodista de Clarín una pregunta de mala leche que éste le hizo. Fue un tramo vibrante que conmocionó a todo aquél que lo vio por televisión. Para un sentido y para otro. Para los que la odian y para los que la aman. Este partido de quienes la aman y la comienzan a amar creció en miles de adherentes en la tarde de ayer. De súbito.
Una digresión a propósito de este episodio: Anoche, en 678, Orlando Barone no aprobó esa actitud dura y firme de la Presidenta para con el periodista de Clarín. Argumentó que el periodista no estaba en igualdad de condiciones como para poder responder el ataque. No estoy de acuerdo con Barone. El periodista se mandó con una pregunta malintencionada. Una pregunta de mala leche que estaba en sintonía con el inventario de muletillas que se tiran todos los días desde la prensa canalla. ¿Qué otra respuesta podría darle la Presidenta a quien se mandó con tamaña pregunta? Si te mandás con ese tipo de preguntas, hermano, bancate la respuesta. Excepcional la Presidenta, por cierto.
¿Qué veremos estos días? Seguramente más acción. Con Cristina que no se ausenta del país y los políticos cautivos de la movida destituyente lanzada por los grupos del poder económico y mediático que no ceden, veremos más enfrentamientos. Tal vez el anuncio de una movilización cegetista. Nada se puede predecir. Pero será movido. La jefa, al frente, dispuesta a dar batalla.
Hasta mañana.
Alfrdo Arri
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