domingo, 17 de enero de 2010

Deuda al plato.


Diálogos de familia.

Deuda al plato. Sale con reservas.


Mi cuñado Cacho, licenciado en economía y pizzero y dueño de una pequeña flota de taxis, me sigue asesorando en estos temas tan complicados para mí, como son la deuda externa, los acreedores externos, el papel de los bancos centrales y demás lindezas por el estilo, me tiró otra baza para que me entretuviera. Vos pensala, me largó por teléfono.

Un par de días atrás, el tipo me había tirado una que me dejó pensando unas cuantas horas. Fue por ese motivo que lo llamé al día siguiente. Sí: al día siguiente me dio algunos detalles más que me permitieron comprender un poco mejor todo este barullo político desde el punto de vista de la economía. Pero me tiró otra que me obliga ahora a volver a zambullirme en hondas reflexiones. Me largó hoy mi cuñado el licenciado Cacho:

-Mirá, Negro: ahora se ponen a discutir sobre la legitimidad de la deuda externa. La discusión es vieja, pero nadie le dio nunca bola. Ahora la tira Pino Solanas, porque con ésa hace la fácil. Total: ¿a qué se compromete? Pero ahora leo en Crítica que en el propio gobierno se contempla la posibilidad de poner a debate la legitimidad de parte de la deuda externa, sobre todo la contraída por la dictadura. Un poco tarde, loco. Y además, tanto el Solanas ése como otros se ponen a discutir si hay que tocar las reservas para pagar la deuda o si hay que salvaguardarlas de la ambición de los K. Vos ya sabés mi punto de vista al respecto, pero ahora te digo más: Mucho más patriótico que debatir qué destino tendrán las reservas acumuladas en el Banco Central sería debatir su origen.

-¿Cómo su origen?

-Claro: ¿De dónde salieron? ¿Querés que te lo diga de una? De la renta de la exportación de soja. También de la industria, claro. Pero en buena parte de la renta por la exportación de la soja transgénica. O sea, el gobierno es socio de los tipos que están haciendo mierda el país, tanto del punto de vista de la ecología como desde el punto de vista de la soberanía alimentaria. Lo que es ilegítima no es la deuda (que en cualquier momento cumple los mil años, y el tiempo legitima todo), sino las reservas mismas. Son el producto de un modelo de gestión que está en sociedad con los grupos que hacen los agronegocios obscenos. A la fuerza, por supuesto, pero son objetivamente socios. No se llevan bien, porque un socio quiere repartir la renta de un modo y el otro se la quiere quedar toda, pero son socios. La reservas acumuladas, hoy, son el capital ahorrado en los últimos años por esa sociedad espuria. Y mientras tanto, “el campo”, el famoso “campo” se está haciendo mierda. Y expulsando gente a lo pavote. Tanto se está haciendo mierda, que sí es probable que terminemos tomando leche importada o abandonar el hábito de comer carne. Y si algún día China llegase a darle de comer otra basura distinta a la soja a sus cerdos, agarrate, cuñado, porque nos matamos unos a los otros.

-Che, loco, vos me la pintás cada vez más negra....

-Vos sos el que preguntás, Negro. Pero no te calentés. Después de todo, no soy más que un pizzero. No me des bola.

Alfredo Arri

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