Humor político. Décimas desencadenadas.
Cochinillo a las bragas.
Nadie a lágrima rebaje
ni a reproche disminuya
la tremenda barahúnda
que ha montado el gorilaje.
Todo fue por el mensaje
sobre la carne porcina
que improvisó la Cristina
en un tono coloquial.
A días del carnaval...
¡Agarrate Catalina!
Hizo punta la Chiquita
(algo mayor para el mote,
aunque aún lava sus culotes
con azahar y agua bendita).
Sentenció la sibarita
con tono de admonición:
-Quien dirige la nación
habla de cerdos y cerdas
Y está mal, ¡carajo, mierda!,
es de mala educación.
Como quien teje un soneto
con suma delicadeza
se lanzaron de cabeza
los soldados de Magnetto.
Y en teniendo como objeto
de chanza hacer cosa seria
se sumaron a la feria
de los que hablan al pedo
mostrándonos, con denuedo,
sus más profundas miserias.
Convocaron a sabiondos
en sexo, chanchos y dietas
que hicieron de la chuleta
análisis enjundiosos.
Y de este modo el sabroso
cochinillo a la parrilla
ocupó toda la grilla
de nuestra televisión.
Nadie perdió la ocasión
de apuntarse una apostilla.
También periódicos serios
ya diarios o semanales
gastaron editoriales
sobre el cerdo y sus misterios.
Muy útil fue el magisterio
nada quedó en el tintero.
Conductor y movilero
para ensuciar no son lerdos
y en este tema del cerdo
se arrojaron al chiquero.
Con esta décima cierro
esta improvisada queja.
Si la rima es despareja
no sea usted muy severo.
Y en quitándome el sombrero
saludo a la Presidenta.
Nos gustó verla contenta
con eso del cochinillo.
Sepa que del conventillo
esta negrada la alienta.
Alfredo Arri. (Theodoro)
o0o
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