sábado, 23 de enero de 2010

Günther Anders y los medios.


Politicólogos. Fichas de pensadores de la Política.

Medios masivos. Un párrafo de Günther Anders

Leo, en una recopilación de artículos de Osvaldo Bayer, una semblanza que nuestro ensayista hace del filósofo alemán Günther Anders. El lector interesado en conocer los datos biográficos básicos del autor citado por Bayer, puede recurrir a la entrada Günther Anders de Wikipedia. Esposo durante unos años de Hannah Arendt, este pensador alemán recibió el repudio del medio intelectual, en general, por su adhesión a la violencia política. Políticamente incorrecto se diría hoy en día.

En esta entrada sólo quiero reproducir una cita elegida por Osvaldo Bayer para ilustrar su semblanza, texto en el cual Günther Anders se refiere al papel de los medios de comunicación de masas en la estructura política moderna. El párrafo es el siguiente:

Después de la gran victoria de los medios masivos de comunicación no existe más la democracia. Lo esencial de la democracia es poder tener una opinión propia y el mismo tiempo poder repensarla. Por ejemplo, yo viví catorce años en Estados Unidos y nunca pude expresar mi opinión. Desde que existen los medios masivos y desde que la población del mundo se halla como exorcizada frente al televisor, se la alimenta, a cucharadas, con opinión. La expresión “tener expresión propia” ya no tiene sentido de realidad. Los alimentados forzosamente no poseen ya ninguna chance de opinión propia- No, ya ni siquiera consumen opiniones ajenas. Se los engorda con sistema. Y los gansos engordados a sistema no “consumen”. La televisión es un engorde con sistema. Si democracia es aquello en lo cual se puede expresar la propia opinión, entonces la democracia se ha convertido en imposible a través de los medios masivos de comunicación, porque cuando no se tiene algo propio tampoco se lo puede expresar.

El ser humano ya no puede llegar a la mayoría de edad. Más bien es un ser-siervo porque sólo oye y oye lo que le llega por radio y televisión y aquí la relación permanece unilateral porque no puede responder. Esa servidumbre es característica para la falta de libertad que se ha construido a través de su propia técnica y que se revierte sobre él. Con los medios masivos se ha creado la figura de “eremita masivo”. Porque si bien se halla solo frente a su radio o televisión, recibe el mismo “pienso” (en doble sentido) que los demás. No percibe que lo que él consume en soledad es el alimento de millones.

Günther Anders, citado por Osvaldo Bayer en Violencia, ¿sí o no?, de Rebeldía y Esperanza, tomo 7 de la colección Osvaldo Bayer de Página 12, Bs As, 2009, pg. 72.

Ese texto que cita Osvaldo Bayer lo escribió el filósofo entre las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado. El propio artículo de Bayer es de 1987. Menciono las fechas porque por ese entonces, en nuestra patria, todavía vivíamos los tiempos de una radio y televisión vírgenes de toda la perversidad y despreocupadas en producir la enorme capacidad de daño que operan hoy. Que quede claro lo que pretendo expresar: aun durante la dictadura y la guerra de Malvinas, con la extrema censura de medios, los ciudadanos sabíamos que había una información que nos estaba vedado conocer por voluntad dictatorial; que había una realidad real más allá de los medios y no teníamos demasiadas dificultades para elaborar juicios propios, aun dentro de la falta de información. Eran otros tiempos.

El párrafo del pensador alemán citado aquí parece transparentar que la era de estupidización de las masas por obra mediática que padecemos ahora ya había llegado a Europa décadas atrás.

La atenta lectura de los conceptos dados por el autor en esos párrafos, por otra parte, permiten barruntar que refiere unos medios masivos de comunicación en los cuales aún no había arribado la interactividad. Y uno se tienta en imaginar que la interactividad en los medios masivos de comunicación permitiría anular, al menos, uno de esos conceptos, precisamente el que “más bien es un ser-siervo porque sólo oye y oye lo que le llega por radio y televisión y aquí la relación permanece unilateral porque no puede responder.” Pudiera uno imaginar que la interactividad anularía esa impotencia del que no puede responder. Pero esa interactividad en los medios audiovisuales de la actualidad está lejos de romper ese vínculo de aislamiento e impotencia que padece el consumidor de medios. Primero, porque acceden pocos y dependen para esa entrada de una cuota elevadísima de azar; y segundo y principal, porque tradicionalmente los mensajes de feed back que reciben los medios audiovisuales son filtrados de manera tal que “salgan al aire” sólo aquellos que refuerzan el discurso papilla del engorde. Sólo en los últimos tiempos, y en muy escasos medios todavía, se pueden oír mensajes de oyentes que se encuentran en abierta contradicción con la línea editorial del programa en cuestión. Si el fenómeno se extiende o no, no se sabe aún. Es cuestión de esperar.

Es en Internet donde o cuando aparece esa interactividad sin moderación o censura. Pero como Internet es un medio novedoso, sus modos, acciones, consecuencias y demás efectos o transformaciones están aún en etapa de estudio, o de observación. Está por verse si la red y su boom de interactividad rompe definitivamente con esa impotencia del consumidor de medios. Aun así, no hay que olvidar que, por ahora, quienes acceden a Internet en forma rutinaria son una minoría del total de la población. De todas maneras, de lo que sí estamos aún a un largo trecho de lograr, es que la estupidización masiva dé lugar a una masa crítica de consumidores de medios con capacidad -mejor expresado: ejercicio- de elaborar criterio propio.

Alfredo Arri.

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