sábado, 19 de junio de 2010

La reuncia de Jorge Taiana.

Política nacional. Cambios sorpresivos en la Cancillería.

La renuncia de Jorge Taiana:
algo que preocupa, y mucho.



La renuncia sorpresiva y -según parece- abrupta de Jorge Taiana al ministerio de Relaciones Exteriores no es un hecho menor. Pero además de no ser un hecho menor, es un hecho que preocupa al ciudadano corriente.

Varios medios coinciden en ficcionar, cada cual a su modo y estilo, una conversación telefónica entre el ex canciller y la Presidenta, de ayer por la mañana. De las versiones ficcionales, el ciudadano corriente puede tomar como verosímil a) la existencia de esa llamada; y b) una crecida en la espuma del reguero de palabras que ambos interlocutores intercambiaron, hasta llegar al corte definitivo de la comunicación.

Cualquiera que haya vivido lo suficiente sabe que tras el corte abrupto de una comunicación telefónica de estas características, truena el improperio. Ya sea de una u otra de las partes; ya sea de ambas.

Pero es también conocido para todo aquel que haya vivido lo suficiente, que se llega a ese tipo de última comunicación telefónica sólo cuando las dos partes han acumulado con anterioridad y durante un buen tiempo mutuos reproches. El ciudadano de a pie no puede, al menos hasta el día de hoy, conocer el detalle de la retahíla de esas acumulaciones en el tiempo. Sólo puede especular, que es lo que han hecho, dicho sea al pasar, los diversos medios en el día de hoy.

De todas las especulaciones que los diversos medios han lanzado tanto en la noche del viernes en diversos portales, como en la mañana del sábado en la prensa escrita, este blogger halló solo una a la cual se le puede prestar alguna verosimilitud. Y si no verosimilitud, al menos sentido común. Esta especulación fue publicada anoche en el portal MinutoUno que dirige Julio Villalonga, aunque la conocimos dos años ha a través de Chiche Gelblung. La nota, breve, merece ser reproducida aquí en su totalidad:

Las verdaderas razones de la salida de Taiana
Estados Unidos, Brasil e Irán, y un rompecabezas complicado para la política exterior argentina.

La renuncia del ahora ex canciller Jorge Taiana se debió a diferencias "irreconciliables" con la presidente Cristina Fernández de Kirchner, según expresó en la carta de puño y letra que le envió el funcionario a su colega, el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zanini.
Esas diferencias no fueron divulgadas, pero según supo la discusión telefónica entre ambos se debió a la política nuclear de la República Islámica de Irán, que está siendo "acompañada" por el presidente brasileño Luiz Inacio "Lula" da Silva, quien acordó con ese país y Turquía un seguimiento consensuado del desarrollo del programa nuclear de Teherán. Ese acuerdo disparó un conflicto abierto entre Estados Unidos y Brasil, que se reflejó en la dura condena del pacto por parte de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y la dura respuesta de Lula. Taiana es íntimo amigo de Marco Aurelio García, principal asesor de política exterior de Lula, "arquitecto" de la política de "contención" de Irán por parte de países "equivalentes" y, por esto, contrario al "hostigamiento" hacia el régimen iraní por parte de Washington y Tel Aviv. Héctor Timerman, hasta hoy embajador de la Argentina en Estados Unidos, reemplazará a Taiana después de meses de sordo enfrentamiento por este tema. Timerman se ha mostrado públicamente a favor, en varias ocasiones, de respaldar la política de Washington hacia Teherán, que incluye la acusación de que ese país estuvo detrás de los atentados terroristas a la embajada israelí en Buenos Aires, el 17 de marzo de 1992, y de la mutual judía (AMIA) el 18 de julio de 1994. Según las fuentes, Taiana no estuvo de acuerdo en acompañar a Estados Unidos en su rechazo al acuerdo tripartito entre Brasil, Turquía e Irán para monitorear la política nuclear de Teherán y, por esto, debió dar un paso al costado. 18 de Junio de 2010 16:41

fuente: MinutoUno: Las verdaderas razones de la salida de Taiana.


La nota no lleva firma, así que se la adjudicamos al director responsable de la publicación online, Julio Villalonga.

Como dije, esta conjetura es altamente verosímil o, en el mejor de los casos, es la única que contiene eso tan poco frecuente en los medios llamado sentido común.

De ser así, el cambio de la titularidad de la Cancillería es un tema preocupante para el ciudadano común que, como quien firma este post, adhiere al gobierno de CFK. Por varios motivos. El primero, por lo que importa para nuestra propia política doméstica: la responsabilidad directa de la República Islámica de Irán en el atentado a la AMIA nunca gozó de verosimilitud entre la ciudadanía. La acusación de que ésa es la versión lanzada por Estados Unidos e Israel, en correspondencia con sus intereses en aquella conflictiva zona del mundo es muy fuerte como para no tenerla en cuenta. Las causas judiciales por los atentados terroristas en la embajada de Israel en Buenos Aires y la mutual AMIA nunca fueron claras para el ciudadano de a pie, y una sombra de sospechas que se desplazan hacia varios campos ha estado siempre justificada. ¿Cómo confiar en una y solo una de las versiones surgidas en las causas judiciales cuando todas han estado preñadas de sospechas, encubrimientos, imprecisiones?

El segundo motivo está dado por le evidente falta de correspondencia de la posición oficial de nuestro gobierno con respecto a Irán con la que tiene Brasil. Y esto no es un dato menor. Esa falta de correspondencia entre la posición argentina con respecto a Irán y la posición que sobre el mismo asunto tiene Brasil se extiende, además, a la posición de varios países de la Unasur sobre el mismo tema. La estocada dada por la administración Obama a Lula da Silva a raíz de las negociaciones que Brasil y Turquía llevaron a cabo con Irán debería ser intolerable para nuestra política exterior.

Este blogger admite que no es fácil "enamorarse" de la teocrática República Islámica de Irán. Pero también reconoce que es mucho más difícil "enamorarse" de la política exterior de Estados Unidos (que Obama no modifica en nada, más allá de la retórica) y, mucho menos aún, del actual gobierno nazi que rige la política exterior del Estado teocrático de Israel. Nadie ignora que Estados Unidos fue quien arrojó las dos bombas atómicas sobre la población civil de Japón cuando la guerra ya estaba ganada; nadie duda de que el Estado de Israel es capaz de convertir a Irán en una montaña de piedras arrojándole todo el arsenal atómico que posee. Está en sus naturalezas, como el alacrán de la fábula.

Durante estos años justifiqué la posición argentina sobre este tema en las asambleas de las ONU. Por dos motivos: el primero por necesidad: si la Corte Suprema de Justicia de la Nación había reclamado por la extradicción de iraníes acusados, el Poder Ejecutivo no tenía más remedio que acompañar a su propia Corte de Justicia en los foros internacionales, más allá de las valoraciones que podrían hacerse a la justeza de esa posición de la Corte. El segundo: por una política coherente de Derechos Humanos: si un Estado se insolenta públicamente con la humanidad toda con la negación histórica del Holocausto, entonces no queda más remedio que condenarlo públicamente en los foros internacionales. La justicación política de esa burrada, ésa que dice que en Irán se alienta esa fábula de la inexistencia histórica del Holocausto para dar alimento a la gilada populachera en la propia Irán, pues es esto y no otra cosa lo que el pueblo iraní quiere escuchar, es de cuarta y por lo tanto insostenible.

Pero la aparición de actores internacionales como Brasil y Turquía terciando en un conflicto que podría llevar a la humanidad toda a la catástrofe no ha sido un dato menor. Como tampoco lo ha sido la condena de Estados Unidos a Brasil por esa mediación. Y es en esta situación internacional (que Fidel Castro ha caracterizado como un tiempo en el que atravesamos los "umbrales de la tragedia") cuando la alineación de Argentina con Estados Unidos en el tema Irán se torna impropia, en absoluta falta de correspondencia con una política exterior regional que ha costado tanto edificar en la última década.

Se verá cómo evoluciona la política exterior argentina en ése y otros temas a partir de la salida de Jorge Taiana y el ingreso de Héctor Timerman. De confirmarse esta política de alineación incondicional a la política exterior de Estados Unidos e Israel en el tema Irán, entonces esta fecha, la del 18 de junio de 2010, quedará como hito, como un hecho bisagra en la breve historia del kirchnerismo en el poder. De confirmarse esta tendencia, repito, crecerán en verosimilitud las reiteradas acusaciones de simulación (en ésta y otras áreas de la política) que se arrojan sobre el kirchnerismo.

Alfredo Arri.


Nota relacionada:


Página/12 publica el domingo 20 de junio un extenso reportaje a Héctor Timerman, realizado en la casa del flamante canciller, apenas regresado éste de Estados Unidos. En él se confirma lo expresado como conjetura en esta entrada, ayer, respecto a la posición argentina en la cuestión iraní. En líneas generales, Héctor Timerman repite los argumentos más a la mano, más lógicos para sostener su condena a Irán, esto es, que es una actitud necesaria del Ejecutivo, para colocarse en correspondencia con la Corte Suprema de Justicia. Del reportaje puede colegirse, en términos generales, que este punto de la política exterior con respecto a Irán será uno de roce con la política exterior de Brasil. Y, sí, al parecer, este sería el punto que produjo chisporroteos entre el ex canciller Taiana y la Presidenta. El reportaje puede leerse aquí:

Pagina/12: Un canciller judío es un avance en la sociedad argentina. (Reportaje a Héctor Timerman, firmado por Martín Granovsky)


OTRA: Por su parte Fernando Laborda en La Nación, entre una andanada de tiros que lanza al aire en su nota de análisis sobre este tema, aparece este:

El tiempo dirá si la designación de Timerman al frente de la Cancillería deberá interpretarse como el intento de una señal de acercamiento a los Estados Unidos, dadas las posiciones públicas del actual embajador en Washington contrarias a los regímenes de Cuba e Irán, o bien como la simple llegada al Gobierno de un hombre que ha dado muestras de gran fidelidad a la Presidenta, pese a que en su momento fue un confeso admirador de Elisa Carrió y militante de su fuerza política.

fuente: La Nación, Fernando Laborda, La nueva era de la lealtad...


OTRA: Un artículo firmado por Pablo Taricco en Matriz del Sur descree de la tesis como la que planteo en esta entrada. Lo argumenta. Pero termina con un rotundo: habrá que ver. De todos modos, sus argumentos son válidos y la lectura de esa nota es recomendable. Está aquí: Pablo Taricco, Matriz del Sur, ¿Cambio en la política exterior argentina?


OTRA MAS: Alfredo M. Olivera, en La Prensa, 21/06/2010, Timerman, un nuevo eje.

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