domingo, 15 de agosto de 2010

La semana política. Domingo 15/08/10.

Bitácora del ciudadano de a pie. Política nacional. Semana del 8 al 15 de agosto de 2010.

La Corte Suprema de Justicia y la política de derechos humanos. Elisa Carrió, o la vuelta de tuerca. Los Kirchner, imparables. Mariano Grondona y el agujero del mate. Fontevecchia, o amigos son los amigos.


En esta semana que acaba de conluir, hubo pocos hechos destacables en el ámbito de la política nacional. Sin embargo, uno de ellos tiene la suficiente trascendencia como para calificarlo como el principal: se trata de la reunión pública en la que la Corte Suprema de Justicia dio cuenta de la marcha de los juicios que se llevan a cabo para juzgar a los acusados de crímenes de lesa humanidad. El acto fue en el palacio de Tribunales el miércoles pasado. El informe dado por el titular de la Presidencia de la Corte, Ricardo Lorenzetti, incluyó conceptos que convierten al propio acto en uno de carácter histórico. En efecto, en un momento de su intervención, el supremo dijo: "La política de derechos humanos es parte del contrato social de los argentinos. Está en nuestros puntos básicos de convivencia. No puede retrocederse en este sentido."

Además, el doctor Lorenzetti dejó en claro que esta política de estado no es consecuencia de la decisión, ni de un gobierno, ni de una corte en particular, sino que es producto de una larga lucha de las agrupaciones defensoras de los derechos humanos. No dejó de mencionar a ninguna de esas organizaciones.

Quien fue la voz de la Corte Suprema de Justicia dejó en claro, pues, que la política de derechos humanos es una política de estado, la cual no tiene retorno al pasado. Esta clara definición deja sin chances a todos aquellos grupos de presión que, de un modo u otro, vienen haciendo campañas en favor de reconciliaciones imposibles, de perdones inconcebibles, de olvidos declarativos. Es también significativo que hubiesen estado presentes en ese acto el suspendido juez Baltasar Garzón de España, el hoy emblemático periodista Robert Fox y el secretario de derechos humanos Eduardo Luis Duhalde.

Esta clara definición de la CSJ se suma así a una de carácter similar emitida por el Congreso meses atrás, manifestada en una declaración formal que dejó establecido que, en materia de derechos humanos, es política de estado todo lo obrado en ese terreno por los distintos gobiernos desde 1983 hasta hoy.


Elisa Lilita Carrió y el ¡plin!.

El otro hecho, de una trascendencia mucho menor pero trascendente al fin, fue la nueva movida de Elisa Carrió sobre el damero político. Como es su costumbre, su forma de mover las piezas es apoyando la uña del dedo medio sobre la yema del pulgar para luego disparar el dedo medio sobre la pieza, arrojándola directamente a la cara del contrincante. ¡Plin! No se puede negar que como jugadora es divertida, después de todo.

Algunos analistas adjudican esta movida (expresada a través de una carta a los radicales), a una estrategia que ha pergeñado la chaqueña junto a Felipe Solá. Su reciente perogrullada de que para garantizar la gobernabilidad se requiere del peronismo abona esa idea. Pero para este modesto blogger no hay nada de eso. Si Elisa Carrió cree que el peronismo -de cualquier adjetivación- podría reconocer en ella a una líder popular con adn peronista, está meando fuera del tarro. Por otra parte, la explicación más sencilla para explicar la movida carriana -siguiendo la regla de la navaja de Occam, o la de la jugada de cuarta de Antonio Carrizo- es la siguiente: Elisa Carrió destruye todo lo que construye. Es un impulso interior imposible de controlar. Compulsión que le dicen. Además, su carácter autoritario es tan evidente que, francamente... hasta los Ciacescu podrían ser tenidos como niños de pecho al lado de esta mujer si llegase a tener en sus manos el poder político. Una auténtica mona con navaja, o elefanta en un bazar.


Llegan meses de vacas gordas para los encuestólogos.

La Nación, Tiempo Argentino y Miradas al Sur publican hoy sendas encuestas que dicen que las preferencias de la opinión pública favorecen al Gobierno en desmedro de los opositores. ¡Chocolate por la noticia! Tarde, pero dijeron ¡presente! Llegan, pues, los buenos tiempos para los encuestadores profesionales. Podría decirse que la campaña elecctoral ha comenzado y los pedidos para nuevas encuestas lloverán sobre las consultoras.

Que Cristina Fernández haya revertido el cruce de las líneas de tendencias entre imagen positiva y negativa que le fue desfavorable desde el 2008 no es sopresa para nadie: cualquiera que esté libre de los prejuicios de todo tipo que impiden ver lo obvio cuando de ella se trata, lo sabe desde hace rato. Al menos, desde hace un año. Que para muchos ciudadanos de a pie sea la Presidenta mejor candidato que Néstor Kirchner, tampoco es novedoso. Tampoco lo es la constatación a través de las encuestas publicadas de lo que el ciudadano de a pie sabe desde hace tiempo: que entre los opositores no hay nadie que pinte ni siquiera para tolerable. Es más: es cada vez más popular la idea de que son, en realidad, una bolsa de gatos. Una caterva de desorientados. Un conjunto de obedientes de los poderosos. Una runfla. Con las debidas y honrosas excepciones, por supuesto. Comenzando por Ricardo Alfonsín, que sube, sube y no deja de subir en la consideración de los ciudadanos del común. No es casual. "La gente", para usar una expresión tan grata a los comunicadores sociales, no come vidrio.


Mariano Grondona y su mate amargo.

De los columnistas titulares de los grandes diarios, se destaca hoy don Mariano Grondona. Con la cándida exultación de un chico con juguete nuevo, el doctor Grondona se felicita de haber descubiero el agujero del mate. En efecto, descubrió que el futuro es un ente propenso a dar sorpresas; tiene la caprichosa virtud de presentarse muy diverso a como lo prefiguran las pitonisas o pitonisos, y aun los analistas rigurosos. En fin, luego de descubrir que el futuro es inexcrutable y altamente azaroso, concluye que todos los escenarios posibles que puedan darse en 2011 en realidad son dos: uno, el que resultase de un triunfo K -de Néstor o Cristina-, que sería, para el doctor Grondona, el ingreso al chavismo. El otro: cualquiera... El que venga, total: ¡Sé'igual!

Es evidente que sólo un gorilismo inveterado puede ver alguna forma de chavismo en el kirchnerismo. A pesar de que el doctor Grondona ha sido un transeúnte privilegiado de las seis décadas del peronismo, esa obstinación argentina, sigue sin entender al fenómeno que lo obstina. Doctor Grondona: el peronismo es capitalismo, no socialismo. A ver si se desayuna de una buena vez, viejo amigo. Sus campos y hacienda no corren riesgo alguno con el peronismo, che. Así se llame kirchnerismo.

Una digresión: ¿Por qué José Pablo Feinmann decidió colocar persistencia en lugar de obstinación en la edición formal de su ensayo Peronismo? Habrá que comprar el libro para enterarse. Si uno se atiene a las definiciones que da el diccionario para ambos vocablos, debe aprobar el cambio. Peristencia es, simplemente, que dura, que persiste. Obstinación, en cambio, elude a la terquedad, la porfía. Fin de la digresión. Sigo con Mariano Grondona.

Por supuesto, al doctor Grondona no le interesan en lo más mínimo los futuros posibles de la patria. Cualquiera que no sea K estaría bien. Aun si fuera una dictadura militar fascistoide. Mientras no sea uno K, tudo bem.

Mucho más interesante estuvo en su columna el periodista Jorge Fontevecchia. Extraordinaria "defensa" de Héctor Magnetto hizo el empresario de medios. Con amigos así, ¿para qué buscarle enemigos a Magnetto? He leido textos de contenido ácido en mi vida, pero como éste, pocos. ¡Qué personaje, papá!

Los demás columnistas de la sacrosanta prensa estuvieron sencillamente aburridos. Al menos esta semana. Veremos en las próximas.

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1 comentario:

  1. Me extraña no renueves tu blog. Espero todo ande bien. He llegado a necesitar leerte. Saludos.

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