martes, 2 de noviembre de 2010

Juventud militante o subversivos?

Las palabras y las cosas. Lengua a la boludeta.

La juventud militante, o la juventud
"combativa e ideologizada".



Hay construcciones eufemísticas que no tienen desperdicio, en cualquier sentido que se las tome. Por ejemplo, ¿qué construcción eufemística crearía usted para referirse a la juventud militante, a esa juventud que sale a la calle, pinta paredes, pega carteles, concurre a actos, discute de política, cuestiona todo, etc, etc.? ¿Subversivo? ¿portador de ideologías foráneas? Y... no: quien a esas antiguallas recuriera, quedaría como un desubicado. Hay que esforzarse un poco más para hallar otra expresión. La inventa, más elegante, o la toma prestada.

Por ejemplo, Jorge Fernández Díaz, columnista de La Nación, eligió esta expresión para referirse a la juventud que milita en diversos partidos, incluyendo a los seguidores del kirchnerismo: "juventud combativa de la clase media ideologizada."

Juventud combativa de la clase media ideologizada. Es extraordinario. No sólo por la ingeniosidad sino por el carácter esclarecedor que la expresión conlleva en sí misma. En efecto: lo contrario de juventud combativa es una juventud conformista, entregada, apática, anómica. Por su parte, lo contrario de juventud ideologizada es juventud sin ideología, o desideologizada, consumidora de cualquier dormidera de ésas que vende la televisión, tales como hacer huevo todo el día, o regodearse (es un eufemismo, of course) con los culos que muestran las sucesivas ediciones del Bailando... Esa juventud desideologizada, entregada, recogida en sus quintitas territoriales, ésa es la que temen perder estos fulanos que no quieren hablar de "juventud militante" sino de "juventud combativa ideologizada." Les costó treinta años de embrutecimiento cultural acorralar a los jóvenes a la anomia, en la desesperanza, en el egoísmo, y ahora viene este Kirchner a abrirles los ojos. Pero. ¡será de Dios!

Lo más extrardinario de todo que surje cuando uno se pone a analizar todas estas perlitas retóricas, son las paradojas que ese discurso desnuda. Por ejemplo: según el lenguaje del columnista de La Nación, Mariano Ferreyra sería un joven combativo de la clase media ideologizada, mientras que sus matadores pertenecerían a la juventud que no sería, ni combativa (actúa por la paga), ni ideologizada (le da lo mismo disparar hacia el norte que hacia el sur). Los jóvenes como Mariano Ferreya serían peligrosos. Formaría parte de una "grey belicosa". En cambio los otros, no. Los otros han estado toda la vida ahí y nunca los han jodido (a los dueños del poder).

Por último, hay en la expresión del señor Fernández un dejo de prejuicio social: ¿Sólo los miembros de las clases medias pueden "ideologizarse"?

Alfredo Arri

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