domingo, 1 de agosto de 2010

La semana política. 1 de agosto de 2010.

Bitácora del ciudadano de a pie. Política nacional.

Vergüenza ajena; vergüenza nacional.

Todas las fotos, la foto.


Sin duda alguna, el hecho más significativo de la política nacional acaecido esta semana fue la reunión de los dirigentes políticos de las diversas agrupaciones opositoras al gobierno nacional, con la SRA, en la SRA. Sin lugar a dudas, la foto que registró esa reunión quedará como la representación perfecta de la actitud más repugnante que padece la mayoría de los dirigentes políticos que se oponen al modelo K, esto es, la sumisión al poder oligárquico.

Patético. Triste. Vergonzoso. Para qué vamos a andar con vueltas: sombrío, deshonroso, deplorable.
Esta vez zafó, como otras veces en los últimos tiempos, don Ricardo Alfonsín. En esa foto, que sin duda alguna adquirirá el carácter de histórica, el dirigente radical no está. La opinión pública, que observa todo, mira con simpatía creciente al doctor Ricardo Alfonsín. A pesar de esta realidad fácilmente comprobable, los dirigentes opositores envenenados por la pócima anti K, no lo ven; en su ceguera de odios no lo ven, y siguen metiéndose en el lodo.

Para la historia, pues::Joaquín Morales Solá, Oscar Aguad, Elisa Carrió, Felipe Solá, Federico Pinedo, Patricia Bullrich, Adolfo Rodríguez Saá, Josefina Meabe, Daniel Sabsay, Ricardo Buryaile, Margarita Stolbizer y Alfredo Olmedo.

Eduardo Blaustein, en su nota de Miradas al Sur de hoy, comenta la histórica foto, futuro icono de la deshonra de cierta clase política, con estas palabras.

Era tan esforzada la foto, tan excepcional en su formato, que salió publicada en los diarios de un modo rarísimo. Porque para que cupieran todos –desde Morales Solá en una punta al diputado Alfredo Olmedo, cien mil hectáreas de soja y tres aviones, en la otra– debieron alargar la mesa como si se tratara del efecto de un dibujo animado. La foto quedó extrachata, como las pantallas de LCD. Y para que la lente pudiera abarcarlas, todas las cabecitas en la Rural quedaron como lejanas y ridículas, con un aire de La última cena. Los retratados como apóstoles, convocados por Hugo Biolcati, obtuvieron la extrachata, vaticinaron un eventual Apocalipsis legislativo por la docta verba de Daniel Sabsay y sin embargo no pudieron ponerse de acuerdo en aquello que hacía a lo más elemental de la convocatoria: qué hacer con las retenciones.

fuente: Miradas al sur. Domingo 01/08/2010,


Nota que tituló, además, Biolcati, el rebenque y las fotos de las vacas mansas. ¿Más claro?: echale agua.

Por su parte Veintitrés, sobre el mismo tema, apeló al verbo arrear. Verbo que, con timidez de estilo pero con seguridad conceptual, utilizó este modesto blogger tiempo atrás para designar ese extraño, extrañísimo fenómeno de considerar ganado a las personas que tienen los patrones de estancia. En la oportunidad del 2008, el arreo de una clase media urbana más confundida que Adán en el Día de la Madre, compradores ingenuos de las chamarritas camperas; en esta oportunidad, el arreo de dirigentes políticos, compradores ingenuos de un amuchamiento. sin otro destino que el descrédito ante la opinión publica.


¡Qué tisteza! ¡Ay, patria mía!

Siguen sin entender, estos pobrísimos dirigentes políticos, que el mercado electoral anti K visceral está amesetado desde hace más de un año. Y no sólo amesetado sino que además está en franco descenso. Pero ellos insisten en eso del 70 por ciento. Ignoran, los muy arreados, que estamos más cerca -en términos políticos- de octubre de 2011 que de junio de 2009. Y ahora, que una encuesta ha revelado que Néstor Kircher podría ganar aun en segunda vuelta, prefieren ignorar ese dato de la realidad y seguir en esa ilusión de que la furia anti K, la pura crispación anti K, el puro gorilismo, paga. Y la verdad es que paga cada vez menos.

Nadie lo dude: la foto histórica de la SRA con Joaquín Morales Solá de moderador tendrá el mismo efecto en política que el que tuvo la arremetida de la iglesia y de personajes como Negre de Alonso y el diputado Olmedo en el debate del matrimonio igualitario. Actúan como catalizadores a favor de lo que combaten. Pero... siguen sin enterarse.

De todos modos, es necesario ser equitativo en algún punto: no todo el mérito del crecimiento en la imagen positiva del oficialismo descansa en la poca muñeca política de los opositores. Por el otro lado está la propia presdienta Cristina Fernández que, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, se mete en el bolsillo a toda esa caterva de mediocres que pueblan la oposición. Coraje a toda prueba la de esta mujer que, a pesar de los mil y un palos en la rueda que le han puesto y le ponen, a pesar de los insultos y descalificaciones increíbles que le prodigan los cuatro de copas que pululan por los medios; a pesar de todo eso y de mucho más, sigue adelante. Y no sólo sigue adelante sino que además se los mete en el bolsillo a todos, uno por uno. La idea de una reelección de la propia presidenta Cristina es una que ya no nos pertenece a unos pocos.

Contraste que le dicen. Entre la capacidad, el coraje, la claridad de objetivos por un lado, y la mediocridad, la liviandad, la sumisión a los poderosos, la envidia, el resentimiento y hasta el más vulgar gorilismo por el otro lado. Es verdad: el contraste actúa como catalizador: lo que la oposición logra con su obstinación anti K es, en definitiva, que muchos de los que hasta ayer no querían ni oir hablar de Cristina le presten cada día más atención. Y logra, también, que los que adherimos a este gobierno desde el principio nos guardemos las críticas que podríamos hacerle a la gestión de gobierno para otra ocasión. Lo que es prioritario ahora es evitar, a toda costa, que la SRA y los grupos del poder financiero y mediático vuelvan a gobernar el país. Sería un retroceso de décadas. La mera representación mental que pudiera uno hacerse de un Mauricio Macri presidente, o de una Elisa Carrió presidenta, produciría una imagen francamente sombría.

Alfredo Arri.

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