La semana política.
Domingo 17 de octubre de 2010.
Domingo 17 de octubre de 2010.
Semana ésta en la que la Caterva-A consiguió meter su primera ley, después de muchos meses de fracasos. La Caterva-A es, ya se sabe, la que anida en un Congreso, en el cual son algo así como comanditarios del poder mediático y de los grupos del poder neoliberal. Su primer "éxito" en largos meses. Les resultó fácil: como tenían absoluta seguridad de que la Presidenta vetaría una ley destinada -entre otras cosas- a regresar las acciones de empresas privadas que están en manos del Estado a esas mismas empresas; y destinada, además, a elevar en forma brutal las jubilaciones altas y de paso agujerar la Caja; se dijeron: jodamos a la yegua y obliguémosla a vetar. Por supuesto, la Presidenta vetó. Unos cuantos jubilados se fastidiaron, por supuesto. Pero nadie duda que un mes o dos Cristina otorgará un aumento por afuera del mecanismo que prevé la ley, y muchos de los jubilados fastidiados se desfastidiarán. Después de todo, a nivel de "la mínima", todavía no encontré a nadie en estos barrios de Dios que reconozca -aun a viva voz- el esfuerzo hecho por este gobierno para mantener en niveles de dignidad los haberes de los jubilados.
Otro hecho de trascendencia fue que la CGT llenó el Monumental, en un acto político sindical de importancia. Haciendo zapping en la noche del viernes, me topo con un Jorge Lanata que, dirigiéndose a su clientela (o sea, mirando a cámara), preguntaba: ¿Vos sabés cuánto salió este acto en River? El control remoto me saltó de la mano. Creo que cai en Universal Chanel de una. Pero este pobre Lanata, me decía, ¿no aprendió nada? ¿Todavía con los inventarios de casas, barcos, aviones, declaraciones juradas, balances? ¡Pero qué pelotudo, por Dios! Después la Negra me calmó un poco, recordándome lo obvio y que a veces uno, de puro calentón, lo olvida: Habla para su clientela, Negro. Habla para su parroquia. Cuida su quintita. Hay unos cuantos miles de cándidos de feria que creen ver en pantalla al paladín de la justicia nacional y popular porque expone "las cifras que vos pagás."
El hecho cierto es que Hugo Moyano aparateó con éxito. Un enorme éxito. Y prometió reunir para el 1 de mayo del 2011 en la Plaza de la República a un millón de argentinos "para apoyar al modelo". Los negros ya comenzamos a trabajar para que ese éxito se dé. Y de paso, que tome nota Néstor Kirchner: Hugo Moyano pidió (ya lo había hecho el año pasado, antes de las elecciones) que hubieran más trabajadores en las listas electorales y en los puestos de poder. La respuesta de Cristina (yo me considero una trabajadora) fue honesta pero desafortunada. Lo que las palabras de Hugo Moyano quisieron reflejar es otra cosa: queremos más negros en los puestos del poder político. Es curioso, pero Horacio Verbitsky interpretó de diverso modo esta réplica de la Presidenta. Para el periodista, Cristina puso blanco sobre negro al decir que ella era una trabajadora. De esa forma distinguió un trabajador de un sindicalista, que son cosas distintas. Bueno. Horacio Verbitsky sabe más que yo, pero yo -a pesar de ello- insisto en la mía: lo de Cristina fue desafortunado. Sindicalistas o no, lo que Moyano reclamó es más presencia popular en el gobierno, y menos condescendencia con una clase media formalita que produce a lo pavote, entre otras calamidades, cantidades de Scioli y de Cobos por todos lados.
Los individuos de las clases medias que apoyamos a este modelo estamos bastante podridos de que desde el gobierno se pretenda conquistar a la clase media con cualquier verdura "políticamente correcta". Los que estamos, estamos; el parque no va a crecer, hermano, por muy buena letra que hagan. Nadie mejor que nosotros para saberlo, ya que pertenecemos a esa misma clase. No hay caso, cuando a mis "hermanos de clase" se les atraviesan los cabecitas negra, claudican de cualquier progresismo y se alian a un Macri de una. Es así, papá, creéme. Nací entre ellos, crecí entre ellos, vivo entre ellos. Son incorregibles.
Un hecho del espectáculo mediático, como fue el rescate de los mineros chilenos, entretuvo a los productores de televisión por unos cuantos días. El hecho sirvió para que desaparecieran, varios días, los "insoportables" episodios de inseguridad que los canales de noticias reflejan con tanta prodigalidad. El negocio fue conveniente para la salud pública: como el rescate de los mineros chilenos fue exitoso, la teleaudiencia vivió una ansiedad light con final feliz durante varios días. Eso les permitió abandonar la angustia existencial de negras perspectivas que convierten una vida sencilla en un infierno. El tiliongorila José Eliaschev "rescata" -o "levanta"- en su columna de hoy un episodio en el cual un vecino le partió un fierro a un médico del servicio público de emergencia, provocándole serias heridas, porque cuando llegó la ambulancia a su domicilio, el pariente que requería atención médica ya había muerto. Para Eliaschev eso es consecuencia de lo mal que vivimos desde que está este gobierno crispador (el agresor vive en un barrio de típica clase media porteña). Yo me permito disentir con el tilingorila de Perfil: si se indaga un poquito la vida de este energúmeno agresor, de la pesquisa podría surgir (apuesto dos pizzas con seis cervezas), que el Fulano era adicto a TN, o a América 24.
De todas maneras, nadie se alegre: la "inseguridad" regresará a los medios de la cadena privada de la pálida nacional. Con lo cual regresarán las angustias de las viejitas por la calle, los miedos de los taxistas, y habrá carga emocional para futuros quebradores de cuello a puro fierrazo. Le aseguro que usted volverá a sentir ganas de suicidarse. O, al menos, a irse de "este país de mierda", donde "ya no se puede vivir", y donde "te matan todos los días." No todas las semanas se rescatan mineros atrapados a seiscientos metros de profundidad.
Horacio Verbistky publicó una segunda nota consecutiva en la cual alerta al kirchnerismo de que está durmiendo con el enemigo. Este blogger sigue el tema con genuina curiosidad. Sin duda alguna, el artículo Atados con alambre que HV publicó Pagina/12 es lo mejor -por muchos cuerpos de ventaja- de lo publicado hoy en el rubro Análisis político.
Otro hecho de trascendencia fue que la CGT llenó el Monumental, en un acto político sindical de importancia. Haciendo zapping en la noche del viernes, me topo con un Jorge Lanata que, dirigiéndose a su clientela (o sea, mirando a cámara), preguntaba: ¿Vos sabés cuánto salió este acto en River? El control remoto me saltó de la mano. Creo que cai en Universal Chanel de una. Pero este pobre Lanata, me decía, ¿no aprendió nada? ¿Todavía con los inventarios de casas, barcos, aviones, declaraciones juradas, balances? ¡Pero qué pelotudo, por Dios! Después la Negra me calmó un poco, recordándome lo obvio y que a veces uno, de puro calentón, lo olvida: Habla para su clientela, Negro. Habla para su parroquia. Cuida su quintita. Hay unos cuantos miles de cándidos de feria que creen ver en pantalla al paladín de la justicia nacional y popular porque expone "las cifras que vos pagás."
El hecho cierto es que Hugo Moyano aparateó con éxito. Un enorme éxito. Y prometió reunir para el 1 de mayo del 2011 en la Plaza de la República a un millón de argentinos "para apoyar al modelo". Los negros ya comenzamos a trabajar para que ese éxito se dé. Y de paso, que tome nota Néstor Kirchner: Hugo Moyano pidió (ya lo había hecho el año pasado, antes de las elecciones) que hubieran más trabajadores en las listas electorales y en los puestos de poder. La respuesta de Cristina (yo me considero una trabajadora) fue honesta pero desafortunada. Lo que las palabras de Hugo Moyano quisieron reflejar es otra cosa: queremos más negros en los puestos del poder político. Es curioso, pero Horacio Verbitsky interpretó de diverso modo esta réplica de la Presidenta. Para el periodista, Cristina puso blanco sobre negro al decir que ella era una trabajadora. De esa forma distinguió un trabajador de un sindicalista, que son cosas distintas. Bueno. Horacio Verbitsky sabe más que yo, pero yo -a pesar de ello- insisto en la mía: lo de Cristina fue desafortunado. Sindicalistas o no, lo que Moyano reclamó es más presencia popular en el gobierno, y menos condescendencia con una clase media formalita que produce a lo pavote, entre otras calamidades, cantidades de Scioli y de Cobos por todos lados.
Los individuos de las clases medias que apoyamos a este modelo estamos bastante podridos de que desde el gobierno se pretenda conquistar a la clase media con cualquier verdura "políticamente correcta". Los que estamos, estamos; el parque no va a crecer, hermano, por muy buena letra que hagan. Nadie mejor que nosotros para saberlo, ya que pertenecemos a esa misma clase. No hay caso, cuando a mis "hermanos de clase" se les atraviesan los cabecitas negra, claudican de cualquier progresismo y se alian a un Macri de una. Es así, papá, creéme. Nací entre ellos, crecí entre ellos, vivo entre ellos. Son incorregibles.
Un hecho del espectáculo mediático, como fue el rescate de los mineros chilenos, entretuvo a los productores de televisión por unos cuantos días. El hecho sirvió para que desaparecieran, varios días, los "insoportables" episodios de inseguridad que los canales de noticias reflejan con tanta prodigalidad. El negocio fue conveniente para la salud pública: como el rescate de los mineros chilenos fue exitoso, la teleaudiencia vivió una ansiedad light con final feliz durante varios días. Eso les permitió abandonar la angustia existencial de negras perspectivas que convierten una vida sencilla en un infierno. El tiliongorila José Eliaschev "rescata" -o "levanta"- en su columna de hoy un episodio en el cual un vecino le partió un fierro a un médico del servicio público de emergencia, provocándole serias heridas, porque cuando llegó la ambulancia a su domicilio, el pariente que requería atención médica ya había muerto. Para Eliaschev eso es consecuencia de lo mal que vivimos desde que está este gobierno crispador (el agresor vive en un barrio de típica clase media porteña). Yo me permito disentir con el tilingorila de Perfil: si se indaga un poquito la vida de este energúmeno agresor, de la pesquisa podría surgir (apuesto dos pizzas con seis cervezas), que el Fulano era adicto a TN, o a América 24.
De todas maneras, nadie se alegre: la "inseguridad" regresará a los medios de la cadena privada de la pálida nacional. Con lo cual regresarán las angustias de las viejitas por la calle, los miedos de los taxistas, y habrá carga emocional para futuros quebradores de cuello a puro fierrazo. Le aseguro que usted volverá a sentir ganas de suicidarse. O, al menos, a irse de "este país de mierda", donde "ya no se puede vivir", y donde "te matan todos los días." No todas las semanas se rescatan mineros atrapados a seiscientos metros de profundidad.
Horacio Verbistky publicó una segunda nota consecutiva en la cual alerta al kirchnerismo de que está durmiendo con el enemigo. Este blogger sigue el tema con genuina curiosidad. Sin duda alguna, el artículo Atados con alambre que HV publicó Pagina/12 es lo mejor -por muchos cuerpos de ventaja- de lo publicado hoy en el rubro Análisis político.
Alfredo Arri
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