La ira del crispado en estado
de crispación permanente.
Otra tropelía de José Eliaschev.
El celebérrimo periodista José Eliaschev firmó hoy en su columna de Perfil:
País de demasías, de exorbitancias ridículas. El miércoles 6, atareada en Alemania, para preparar su encuentro con la líder política más importante del mundo, la argentina Fernández de Kirchner recae en viejas tropelías. Contratada en 2007 por el 46% de los argentinos para conducir al país, se despeña en la peor twitterpatía. Ese día, a punto de ser recibida en Berlín por Angela Merkel, tiene tiempo. Ironiza en público sobre Joaquín Morales Solá y Eduardo Van der Kooy.
fuente: Perfil. Columna de José Eliaschev
Incorregible, don Eliaschev. En primer lugar, "la líder política más importante del mundo" tal vez sea Hillary Clinton y no Angela Merkel. La yanqui ten ejército; la alemana, non ten. Pero dejando de lado esa exageración de José Eliaschev, que no pasa de un énfasis de los que acostumbra a aderezar sus quejumbrosos textos, me interesó eso de que Cristina Fernández es de producir tropelías.
Tropelía. Vaya vocablo. El diccionario es preciso: Atropello o acto violento, cometido generalmente por quien abusa de su poder. ¿Cuál es el atropello, el acto violento cometido por CFK mientras se dirigía a entrevistarse con la Merkel? Pues aunque usted no lo crea, amigo lector, para don José Eliaschev ese acto violento, ese abuso de poder cometido por CFK fue twittear para dejar escritas unas ironías destinadas a Joaquín Morales Solá y Eduardo van der Kooy.
Si consideramos -aunque sea por un puto instante- que CFK es la Presidenta de la Nación. Que apostillar en el Twitter es un arte reservado a líderes con coraje. Que los periodistas mencionados no son más que dos editorialistas de prensa, suceptibles de críticas como cualquier hijo de vecino. Que la reunión con Angela Markel le importaba tres carajos a CFK, pues ya sabía qué le había de reclamar la representante del establishment mundial y ya estaba previsto que volvería a parársele de manos, a ella y a cuantos funcionarios del FMI se le presentasen. Que las palabras pueden ser violentas; hirientes al menos. Que las palabras hirientes salidas de columnistas profesionales manieristas son un evidente abuso de poder. Si consideramos por un momento todo esto, es evidente que el párrafo de don José Eliaschev es una acabada muestra de tropelía.
Sí, una acabada muestra de tropelía de don José Eliaschev.
Como las palabras revelan muchas cosas más de las que dicen, según cómo las elija y las ordene el autor, destaco la construcción más reveladora de el párrafo que elegí hoy. Eliaschev le reprocha a la Presidenta que "ironiza en público sobre Joaquín Morales Solá y Eduardo van der Kooy".
Ésa es la madre del borrego. Eso es lo que no pueden soportar aquellos que la jugaron de vacas sagradas durante décadas: que se los pueda criticar públicamente -en público- y que esas críticas lleguen, trasciendan. Que se los deje en evidencia. Que se los exponga en su obscena sumisión al poder. Que se le recuerde a la opinión pública que Joaquín Morales Solá, Eduardo van der Kooy y tantísimos otros "enjundiosos" analistas de lo nacional, ni son analistas, ni son enjundiosos, ni nada. Son, apenas, escribas a sueldo, comprometidos por un muy buen dinero a escribir -siempre- a favor de los intereses de quienes les dan de comer.
Afortunadamente tenemos una Presidenta que en ciento cuarenta caracteres los pone al descubierto. Además de que se le para de manos al poder. Y no sólo al local.
Alfredo Arri.
Ilustración: Eliaschev en pose de Pensador.
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