miércoles, 29 de septiembre de 2010

Los dichos de Hebe y los burgueses escandalizados.

Manifestación a favor de la Ley de Medios.

Hebe, la destemplada.

Las palabras desafortunadas de Hebe de Bonafini
y la furia pequeño burquesa.


Ayer fue la manifestación multitudinaria, policlasista y pacífica en defensa de la ley de madios aprobada por el Congreso, reglamentada por el Ejecutivo y boicoteada por Clarín . Fue en la plaza Lavalle, frente al palacio de tribunales y reunió unas veinte mil personas dispuestas a hacerle notar al Poder Judicial que una buena parte de la sociedad tiene los ojos puestos en los que los magistrados hacen y dejan de hacer a la hora de enfrentar a los poderosos de siempre. ¿Presión, como acusaron los medios del poder? Llamalo así, si querés. Siempre y cuando llamés presión, también, a las silenciosas, discretas y hasta oscuras visitas de ciertos personajes del poder mediático a ciertos jueces de la Corte. Why not? Estamos en democracia, hermano, y todos los poderes del Estado son suceptibles de presión popular.

Todo transcurrió bien. Más que bien. La concurrencia: alta, a pesar de la lluvia; las consignas: pacíficas y firmes. Los medios hegemónicos tenían dos posibles acciones frente al éxito de la movida: la nihilización de la manifestación (su olímpico ninguneo, digamos); y, dos, el aprovechamiento de cualquier verdura que pudiera ser utilizada a su favor (los micros, los choripanes, hechos de violencia, lo que fuera).

Para la nihilización del acto recibieron la desgraciada intervención de dios, que quitó la vida a una actriz joven, popular y bienquerida. Rápidamente, la cadena privada de medios transformó ese desgraciado epidosio metafísico en el único hecho destacable del día. ¿El morbo de la gente los empujó a ello? Bueno, si querés, te acepto el argumento, aunque en lo más íntimo de mí creo que las personas morbosas no son tantas. Ni aquí ni en la China. Como sea, esta vez, la nihilización de la manifestación en defensa de la ley de medios les resultó sencillo.

Para lo otro, en cambio, tuvieron la ayuda de Hebe de Bonafini con su destemplada retórica. Por supuesto, los pequeños burgueses y gorilas de toda laya aprovecharon la desafortunada ocurrencia de Hebe de Bonafini para deslucir, opacar, morigerar, vilipendiar la movida que había reunido a veinte mil personas detrás de un objetivo.

¿Qué le pasó a la veterana dirigente? Tal vez la cercanía de la expresión palacio de tribunales con la expresión palacio de invierno la llevó a decir lo que dijo. Ya sabés: eso de los íncubos y súcubos en las multitudes.... Hasta Ricardo Alfonsín reconoció que en los actos de barricada no se puede controlar...

Como sea, lo que dijo Hebe de Bonafini fue, sencillamente, una barbaridad. No por el concepto en sí mismo. Cuando los pueblos toman Bastillas, Palacios de Invierno o lo que sea, las toman nomás. Hacen tronar el escarmiento. La barbaridad de esas palabras pronunciadas en un palco pacífico descansan en el hecho cierto de que es una estupidez llamar la toma del palacio de invierno cuando no existen, ni las circunstancias, ni las fuerzas, ni la dirección para hacerlo con éxito. La puta voluntad, el puto voluntarismo. Si algunos loquitos quisieran intentarlo, irían, sencilla y directamente a la derrota. A la muerte.

O sea: .una historia demasiado conocida en estos pagos

Mandar al muere.... Una historia demasiado conocida en estos pagos.

Justamente Hebe de Bonafini....

o0o

2 comentarios:

  1. Coincidimos y lo escribí antes de leerte, no es por el copirrai es nomás para decir que a veces, muchas por suerte, sacamos conclusiones parecidas.

    https://pepepalermo.wordpress.com
    Si estás en desacuerdo con lo que escribí, es poco no te asustes, hacemelo saber, para aprender más.

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  2. Ya dejé un comentario ad hoc en tu blog. Un abrazo!

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